El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es conocido, entre otras cosas, por sus recurrentes e irrespomsable disparates. Para no perder la costumbre, medios estadounidenses informaron que Trump, pidió a sus asesores en la Casa Blanca que averigüen si es posible comprarle Groenlandia a Dinamarca.
Estas informaciones indican que Trump ha mencionado la cuestión varias veces en las últimas semanas durante reuniones y cenas.
El diario The Washington Post señaló que en la Casa Blanca ya se ha discutido sobre la legalidad de la hipotética compra, del proceso para incorporar un territorio con su propio gobierno y también de dónde saldría el dinero para la adquisición.
La cadena televisiva CNN, por su parte, anotó que Trump, un multimillonario que hizo su fortuna en el desarrollo inmobiliario, pidió al abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, que estudie la posibilidad.
Ambos medios comentaron que los asesores de Trump están divididos entre los que creen que el mandatario habla seriamente de comprar Groenlandia, y los que consideran que se trata de un capricho pasajero.
Las versiones de los medios, recogidas por la agencia de noticias EFE, no aclaran cuál es el motivo por el que Trump estaría interesado en la compra de Groenlandia, aunque algunos especulan con sus recursos naturales y otros con su importancia geoestratégica por su cercanía al Ártico.
Groenlandia es una isla ubicada en América del Norte, al noreste de Canadá, y cubierta por hielo en un 75 % de su superficie. Sus 2,1 millones de kilómetros cuadrados hacen de ella la mayor isla del mundo, aunque habitada por tan solo unas 56.000 personas, en su mayoría de etnia inuit.
Políticamente, Groenlandia pertenece a Dinamarca, aunque se trata de un territorio autónomo que desde 2009 maneja todas las competencias excepto política exterior, defensa y política monetaria.
Conocida la información, dirigentes políticos daneses calificaron la propuesta de «loca» e «improbable». «Si es cierto que (Trump) está trabajando en esta idea, entonces esta es la prueba final de que está loco. La idea de que Dinamarca puede vender 50.000 de sus ciudadanos a Estados Unidos es absolutamente loca», declaró Soren Jespersen, del Partido Popular Danés, en declaraciones recogidas por el periódico Jyllands Posten.
«De todas las cosas que no van a suceder, esta es la más improbable. ¡Olvídalo!», subrayó el miembro del Partido Popular Conservador, Rasmus Jarlov, mientras que el ex primer ministro Lars Lokke Rasmussen sugirió que se trata de una «broma del día de las bromas de abril totalmente fuera de temporada», reseñó el portal Russia Today.
«¡Groenlandia no se vende! Los tiempos en que era posible comprar territorios y personas han pasado hace mucho tiempo», aseveró Michael Aastrup, miembro de un partido local de izquierdas.
Estados Unidos ocupó en 1941 Groenlandia para evitar una posible invasión nazi de la isla después de que los alemanes ocupasen Dinamarca, situación que se prolongó hasta el fin de la guerra en 1945. En 1951, Estados Unidos construyó en Groenlandia la estratégica Base Área de Thule, que cobró especial importancia durante la Guerra Fría.
Trump no sería el primer presidente estadounidense en tratar de comprar Groenlandia, ya que, según el Post, Harry Truman (1945-1953) ofreció 100 millones de dólares a Dinamarca por la isla una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.