Fuerzas de seguridad de la India detuvieron a más de 500 personas en Cachemira desde que Nueva Delhi tomó control directo, militarizó y cortó todas las comunicaciones de la dividida región de mayoría musulmana disputada por Pakistán, donde la gente seguía encerrada en sus casas por cuarto día, informaron medios estatales y autoridades.
En tanto, Pakistán, que, al igual que la India, reivindica su soberanía sobre todo el territorio himalayo, suspendió este jueves la única línea de tren hacia el país vecino por la decisión de esta semana de Nueva Delhi de anular el estatus autonómico especial de su porción de Cachemira.
La medida generó temores a un nuevo conflicto armado entre ambos rivales, que tienen armas nucleares, pero el canciller de Pakistán descartó por ahora una respuesta militar. «Pakistán no está estudiando la opción militar. Más bien estamos estudiando las opciones políticas, diplomáticas y legales para lidiar con esta situación», dijo hoy el ministro Shah Mehmood Qureshi en conferencia de prensa en Islamabad.
Las tensiones, sin embargo, siguen altas, luego de que Pakistán rebajara el miércoles sus relaciones diplomáticas con la India, expulsara a su embajador y suspendiera el comercio bilateral. Un día antes, el primer ministro paquistaní, Imran Khan, prometió «pelear hasta la última gota de sangre» si había protestas en Cachemira e India acusaba a Pakistán y tomaba represalias militares.
La decisión del gobierno nacionalista hindú de rebajar el estatus de Jammu y Cachemira, la única región de mayoría musulmana de la India, de estado a «territorio», pone efectivamente a éste bajo el control directo de Nueva Delhi por primera vez en 70 años.
India y Pakistán han librado dos guerras por su control, y el conflicto se agravó a fines de la década de 1980 con la aparición de una insurgencia islamista que pelea por la independencia de la parte india o su incorporación a Pakistán, un país musulmán. La radio estatal All India Radio informó que más de 500 personas fueron detenidas en la porción india de Cachemira esta semana para evitar protestas, pero no dio detalles.
El activista Ali Mohammed dijo al canal New Delhi Television que estuvo organizando servicios de ambulancias para llevar a pacientes a hospitales en Srinagar, la mayor ciudad de la Cachemira india, puesto que los residentes no pueden usar sus teléfonos celulares para pedir asistencia médica. «Es un infierno», dijo un paciente al canal de TV.
En Nueva Delhi, un activista del opositor partido Congreso, Tehseen Poonawalla, dijo que esperaba que la Corte Suprema escuche hoy su solicitud de un inmediato levantamiento del toque de queda y otras restricciones en Cachemira, incluyendo el bloqueo de las líneas telefónicas, internet y los canales de noticias.
En respuesta a la decisión de la India, el ministro Federal para los Trenes paquistaní, Sheikh Rashid Ahmad, suspendió el servicio Expreso, también llamado Expreso Amistad, hacia India a partir de este jueves, en una medida que se anunció cuando miles de pasajeros se disponían a tomar el tren en la oriental ciudad de Lahore. La India lamentó las represalias de Pakistán y dijo hoy en un comunicado que «la intención detrás de estas medidas es obviamente presentar una imagen alarmante al mundo sobre nuestros lazos bilaterales».
El vocero de la Cancillería de Pakistán, Mohammad Faisal, dijo que las autoridades estudiaban llevar el caso a la Corte Internacional de Justicia, de la ONU. Faisal condenó el bloqueo de las comunicaciones y las restricciones a la circulación y la reunión en lugares públicos en la parte india de Cachemira. La región «se ha convertido en la mayor prisión del mundo», declaró.