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Charly vuelve mañana al Luna Park, escenario en donde protagonizó memorables conciertos


A siete años de su última presentación en ese lugar y en lo que será el primer show en un gran escenario de nuestro país, Charly García regresará mañana al estadio Luna Park con su espectáculo “La Torre de Tesla”, en donde repasa composiciones de su extensa trayectoria.

El máximo astro del rock argentino ya tuvo un paso por un gran estadio en los últimos tiempos, casi una antesala al recital de mañana, cuando el pasado 13 de junio ofreció un concierto en el estadio Arena Movistar, en Santiago de Chile.

Lo cierto es que la relación entre Charly y el Luna Park remite a memorables conciertos como el “Adiós Sui Generis”, de 1975; o la presentación de los recordados discos “Clics Modernos” y “Piano Bar”, en 1983 y 1984 respectivamente.

La última visita del hombre del bigote tricolor en el reducto porteño ubicado en la avenida Corrientes y Bouchard se produjo en 2012, cuando presentó el boxset “60×60”, con un grupo al que había bautizado The Prostitution, donde reversionó grandes éxitos de su carrera.

Esta vez, Charly estará acompañado por su banda de los últimos tiempos: Fabián “El Zorrito” Quintiero, en teclados; Rosario Ortega, en coros; y el trío chileno integrado por Toño Silva, en batería, Carlos González, en bajo y Kiuge Hayashida.

También se descuenta que montara la escenografía utilizada en estos espectáculos, en los que se reproduce la torre creada por el inventor Nikola Tesla y se proyectan imágenes de diversos clásicos del cine para ilustrar distintas canciones.

Lo cierto es que una operación de cadera y distintas complicaciones posteriores que lo obligaron a movilizarse en silla de ruedas parecían atentar, apenas dos años atrás, contra la posibilidad de volver a ver a García sobre un escenario.

Contra todos los pronósticos, el astro regresó en el verano del año pasado con un show anunciado de manera sorpresiva en el Teatro Coliseo, en donde se mostró en muy buena forma musical.

Desde entonces, a pesar de mantener el concepto en la puesta en escena y la dinámica de anunciarlo con poco tiempo de anticipación, los conciertos se volvieron más frecuentes y más extensos.

Así como su duración pasó de un promedio de una hora a hora y media o dos, se comenzó a apostar a audiencias más grandes, primero con su mudanza al Gran Rex y ahora con este aterrizaje en el Luna Park.

Por otra parte, el repertorio fue dejando de lado de a poco los hits para incorporar piezas que no eran interpretadas en vivo desde hacía muchos años, como “Parte de la religión”, “Total interferencia”, “Canción de dos por tres” e “Instituciones”, entre otros.

La otra gran constante en estos conciertos es la velocidad con sus fans agotan los tickets.

El Luna Park no fue la excepción, a pesar de superar con creces en capacidad a los escenarios anteriores.