Una cirugía intrauterina de espina bífida en un feto de 25 semanas fue realizada con éxito en el hospital Italiano de Buenos Aires, centro de referencia en la Argentina para ese tipo de intervenciones de alta complejidad que registra pocos antecedentes en el país.
El niño padecía mielomeningocele, la forma más grave de espina bífida, una malformación que en nuestro país afecta a uno de cada 2.000 bebés.
Tras la intervención prenatal, que se realizó en octubre pasado, la gestación continuó hasta la semana 36, momento en el que nació y unos días después fue dado de alta.
A través de una ecografía, a las 22 semanas de embarazo los médicos observaron un defecto en la espalda fetal “compatible con mielomeningocele”, y luego confirmaron el diagnóstico con una resonancia magnética obstétrica.
“La eficacia de un diagnóstico prenatal temprano permitió resolver una patología congénita antes del nacimiento, ya que los estudios demostraron la lesión en las últimas vértebras de la columna y concluyeron que tendría trastornos esfinterianos y secuelas motoras en los miembros inferiores”, explicó a Télam Lucas Otaño, jefe del servicio de Obstetricia y coordinador de la Unidad de Medicina Fetal del hospital.
Fue entonces cuando el equipo de cirugía decidió realizar una reparación intrauterina, un procedimiento que se realiza en pocos centros de salud del país por su alta complejidad.
Cuando se realizó la intervención, en octubre de 2017, se intervino casi en simultáneo a otro bebé con el mismo problema en el Hospital Universitario Austral, aunque luego debió ser derivado para su control a la Unidad de Diagnóstico y Tratamiento Fetal, que funciona desde hace 18 años en el Italiano.
Otaño explicó que la operación es similar a una cesárea: «Se accede al útero a través de una pequeña incisión y se logra la exposición de la espalda fetal, permitiendo liberar la médula de sus adherencias a la piel y recubrirlas con los tejidos del bebé», detalló.
«El principal beneficio de realizar la técnica intrauterina es que es posible preservar la médula de los efectos nocivos del líquido amniótico en el que está inmerso el feto, reduciendo notablemente las secuelas motoras y otros defectos del sistema nervioso central», destacó el especialista.
Asimismo, los médicos del Italiano aseguraron que los pacientes que fueron intervenidos mediante ese procedimiento demostraron un nivel motor «superior al esperado, con mayores perspectivas para caminar en forma independiente o con una mínima asistencia».
En cuanto a los resultados sobre la presencia de hidrocefalia (aumento anormal de líquido en los ventrículos del cerebro), el grupo de pacientes operados intraútero presenta un 40% de requerimiento de tratamiento, en contraposición al 80% sometido a cirugía convencional post nacimiento, que deben utilizar una prótesis que deriva el exceso de líquido desde el cerebro a la cavidad abdominal, precisaron.
El mielomeningocele es una malformación congénita y la forma más común y grave de espina bífida, término que se utiliza para denominar una serie de defectos anatómicos en las últimas vértebras de la columna por fallas en su formación.
En Argentina el porcentaje de población que padece mielomeningocele ha variado de entre seis y siete bebés cada 10.000 en 2009 a cinco cada 10.000 en 2015, según datos de 2016 del Registro Nacional de Anomalías Congénitas.
La intervención fue realizada por un grupo interdisciplinario de profesionales del Hospital Italiano, en el que participaron los servicios de Neurocirugía Pediátrica, Obstetricia, Anestesiología, Neonatología e instrumentadores quirúrgicos.