La crisis económica golpea los diferentes sectores desde hace algún tiempo y los impactos se sientes cada vez con más fuerza. En el caso de los kioscos, solamente en los últimos cuatro meses hubo cuatro mil que debieron cerrar sus puertas. CLG dialogó con Gabriel Messina, miembro de la Cámara de Kiosqueros de Rosario para conocer cómo se vive.
En 2015 había registrados a nivel nacional 120 mil kioscos, actualmente, hay 87 mil. Esto implica una caída del 28 por ciento. En ese sentido, Messina explicó: «Para agosto ya se alcanzó la proyección anual que había de cierres, de acá a fin de año se espera que mínimo cierren unos tres mil más, pero va a depender también de cómo continúe la economía».
Según detalló, las causas son variadas, pero están vinculadas principalmente a «la suba de las tarifas de energía y los alquileres» a lo que se le suma «la baja de consumo». «El poder adquisitivo de los vecinos baja y ya no tiene para consumir en el comercio cercano. Va recortando sus gastos», añadió.
Asimismo, aseguró que por este motivo, los comercios tuvieron que ir mutando «a pequeños almacenes y comenzaron a tener cosas de primera necesidad porque es lo que la gente busca». Y aclaró: «El consumo de golosinas o gaseosas cayó muchísimo».
En esta misma línea, analizó: «Es una cadena que se va dando, primero afecta a los pequeños productores, pero después también cae sobre las empresas como Arcor». Así se refirió a que la crisis va llegando de a poco a los diferentes escalafones, pero que no discrimina.
De acuerdo a las cifras oficiales, los cierres se dan en su mayoría en la Ciudad de Buenos Aires, la Provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Principalmente en Rosario, «los que más se vieron afectados fueron los kioscos pequeños del centro». «Muchos tuvieron que mudarse a los barrios y poner un negocio de ventana. Eso afecta, además, a los empleados. Porque si antes tenían dos personas, ahora lo atienden desde su casa quizás y no necesitan un empleado», resumió.
Por último, Messina destacó que desde la Cámara y en conjunto con la senadora nacional María de los Ángeles elevaron un proyecto para que se «declare la emergencia del sector». Y enfatizó que la situación está cada vez peor.