Subió el número de demandas hacia el grupo químico y farmacéutico alemán Bayer. 18.400 reclamos contra el uso del herbicida con glifosato, sospechoso de provocar cáncer. Un caso que compromete al grupo estadounidense Monsanto.
Los 63.000 millones de dólares desembolsados en junio de 2018 convertían ya esta asociación en la mayor apuesta de la historia de Bayer. Pero no contaba con la avalancha de demandas que cayeron estos últimos meses, por una factura final difícil de estimar.
Esta nueva cifra actualizada al 11 de julio de 18.400 casos fue informada este martes. La anterior de fines de abril era de 13.400 demandas. Bayer sufrió hasta ahora tres condenas para indemnizar a un exjardinero, un jubilado y una pareja enfermos de cáncer.
En los tres casos juzgados en California (oeste de Estados Unidos), los jurados estimaron que el uso reiterado del glifosato pudo provocar el linfoma no hodgkiniano (un tipo de cáncer que afecta a los linfocitos) de los querellantes, un punto rebatido sin cesar por Bayer.
Además sancionaron el «comportamiento reprensible» de Monsanto por «entorpecer, desalentar o distorsionar la investigación científica», cuando los primeros estudios realizados por el grupo habían «sugerido que el glifosato podía causar cáncer».
Los montos a pagar por Bayer fueron fuertemente reducidos por un juez en segundo examen, pasando de 289 a 78 millones de dólares, de 80 a 25 millones y de más de 2.000 millones a 86,7 millones.
Pero Bayer piensa apelar y cuestiona el principio mismo de su responsabilidad, insistiendo desde hace meses en que ningún regulador en el mundo confirmó la peligrosidad del glifosato desde su introducción en el mercado a mediados de los años 1970.
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIRC), un organismo de la OMS, consideró por su parte en 2015 que el glifosato era «probablemente cancerígeno». Se trata en cambio de una evaluación teórica del peligro del producto, y no del riesgo de exposición a las dosis actuales.
En junio, cuando las acciones de Bayer habían perdido un 40% en bolsa en menos de un años, el banco Berenberg abogaba por un acuerdo cercano al millón de dólares por querellante, lo que llevaba la factura a una decena de miles de millones de euros.