Representantes de la ONU, la OEA, la europea OSCE y la africana Cadhp reclamaron este miércoles que se reconozca el derecho al acceso y el uso de Internet «como un derecho humano y una condición esencial para el ejercicio del derecho a la libertad de expresión».
En orden a garantizar este derecho, los relatores y representantes de esas organizaciones internacionales pidieron a los Estados que se abstengan de imponer «interrupciones o bloqueos en la red de Internet o en la infraestructura de las telecomunicaciones», según se desprende de una declaración conjunta que presentaron esta mañana en Londres.
También exigieron «respetar y afianzar el principio de neutralidad de red» y asegurar que los desarrollos importantes como la implementación de las redes móviles de 5G y la Internet de las cosas «respeten los derechos humanos».
Más allá del marco general, la declaración conjunta llama a los gobiernos del mundo a tomar «medidas inmediatas y significativas para proteger la seguridad de los periodistas y otras personas que sean atacadas por ejercer su derecho a la libertad de expresión y poner fin a la impunidad de dichos ataques».
El texto está elaborado por el relator Especial de la ONU para la Libertad de Opinión y de Expresión; el representante OSCE para la Libertad de los Medios de Comunicación; el relator Especial de la OEA para la Libertad de Expresión; y la relatora Especial sobre Libertad de Expresión y Acceso a la Información de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (Cadhp).
Allí los especialistas se manifiestan «alarmados por la persistencia de la violencia y la persecución» contra periodistas, activistas del derecho a la información, personas defensoras de derechos humanos, entre otros, «por ejercer su derecho a la libertad de expresión».
A la vez que celebran las «significativas contribuciones» de las tecnologías digitales con respecto a la expansión de las comunicaciones globales y la posibilidad de que las personas de todo el mundo tengan acceso a información e ideas, advierten sobre «la persistente necesidad de proporcionar acceso universal y asequible al servicio de Internet».
Asimismo, reconocen la necesidad de abordar los «problemas graves que surgen en el contexto de las tecnologías digitales, entre los cuales se encuentran la desinformación; la incitación al odio; la discriminación y la violencia; el reclutamiento y la propaganda terrorista; la vigilancia arbitraria e ilegal; la interferencia respecto al uso de las tecnologías de encriptación y el anonimato, y el poder de los intermediarios en línea».
Entre otras «preocupaciones», reconocen las «persistentes y crecientes amenazas contra la diversidad y la independencia de los medios debido, entre otros motivos, a la significativa reducción en los ingresos publicitarios de los medios tradicionales, lo cual socava la producción de noticias y, particularmente, el periodismo local de investigación».