Por Enrique Genovar
Central necesita hacer caja y no es novedad. Pero si llega un ofrecimiento formal por alguno de los jugadores debe poner una fecha límite. Es que la comisión directiva no se puede dar el lujo de volver a cometer el error que tuvo con el tema de Fernando Zampedri a Independiente.
Si se va alguno debe venir un reemplazo. Esta es la máxima que se debe tener en este mercado de pases. Y para que el tiempo no juegue en contra en Central deben poner una fecha límite para que pueda emigrar un jugador.
Más allá de que resulta casi imposible manejar los tiempos y más en el mercado argentino el club es el que debe terminar de manejar los tiempos que tiene entre la posible salida de uno y la llegada del otro.
En el anterior libro de pases Independiente vino por el Toro cuando faltaban nada más que tres días para que se cierre el mercado. Y si bien el jugador se terminó quedando se armó un revuelo insólito. Pero esto sucedió porque no hubo nadie en el club que ponga plazos.
Hoy la situación asoma como más compleja. Es que el Canalla peleará la temporada que viene por la permanencia. Y por más necesidad económica que haya las formas deben fortalecerse para que el plantel no sufra una baja que no se pueda reemplazar y para que no perjudique la faz económica de la institución.
La pretemporada está próxima a ingresar en la recta final. Es que en tres semanas estará comenzando un nuevo campeonato y los tiempos para vender comienzan a achicarse, claro que si vende a algún futbolista y el mismo continúa en el club no pasaría nada. Pero se sabe que esto resulta poco probable.