Los toros de media tonelada embistieron este martes a los corredores en un rápido y frenético encierro durante las fiestas de San Fermín en Pamplona (norte de España), que terminó con un estadounidense y un inglés hospitalizados.
Aunque el tercer encierro de estas festividades no dejó cornadas, un británico de 49 años se fracturó el tobillo y tendrá que ser operado, mientras que otro hombre de 42 años de Chicago sufrió una contusión craneal en una caída aunque podría ser dado de alta este mismo martes, señalaron las autoridades sanitarias de la región.
Los seis toros y seis cabestros se mantuvieron unidos durante la carrera en las estrechas y adoquinadas calles de Pamplona, abriéndose paso entre cientos de corredores vestidos en su mayoría con la camiseta blanca y el pañuelo rojo tradicionales de las fiestas de San Fermín.
Las reses de la ganadería José Escolar Gil, en la céntrica provincia de Ávila, recorrieron en dos minutos y 13 segundos, el tiempo más rápido de esta edición, los 848,6 metros que unen el corral con la plaza de toros, donde serán matados en las corridas de la tarde.
Dos estadounidenses y un español fueron corneados en el primer encierro del domingo, normalmente el más multitudinario, y siguen hospitalizados.
Gente de todo el mundo acuden a esta ciudad de 200.000 habitantes para poner a prueba su coraje pero también para disfrutar de la fiesta hasta altas horas de la madrugada, las procesiones religiosas y los conciertos.
Dieciséis personas han fallecido en los encierros desde que se tienen registros en 1911, el último de ellos en 2009.
La fiesta de nueve días, que se remonta a tiempos medievales y fue inmortalizada por el premio Nobel Ernest Hemingway en la novela «Fiesta» (1926), termina el 14 de julio.