Su padre, Jorge Burruchaga, derrotó junto a Diego Maradona a los ingleses en la Copa del Mundo de fútbol en 1986. Tres décadas más tarde, el joven tenista argentino Román Burruchaga busca conquistar Inglaterra a su manera: en el torneo junior de Wimbledon.
El tenista de 17 años debutó este lunes en el torneo sobre césped derrotando al español Pablo Llamas por 6-4, 4-6 y 6-2. Y se convirtió así en el único de los juniors argentinos que pasa a la segunda ronda en el All England Club londiense.
Fue un enfrentamiento relativamente fácil y Burruchaga, que afirma encarar el torneo «partido a partido», espera ir soltándose cada vez más.
«Ahora vamos a ver qué pasa», afirma, declarándose satisfecho de realizar su «primera gira en pasto y aquí en Inglaterra». «De a poco voy sintiéndome más cómodo en esta superficie», asegura.
El césped es «una superficie en la que ningún argentino juega, donde solo tenemos la posibilidad de hacerlo un mes al año», había señalado hace unos días Guido Pella, el único tenista de ese país que pasó a la segunda semana de los individuales en el cuadro principal. Este lunes, Pella, que nunca había llegado tan lejos en un Grand Slam, dio un nuevo paso al dejar en el camino a un contrincante de peso: el canadiense Milos Raonic.
En segunda ronda, Burruchaga jugará contra el japonés Shintaro Mochizuki, octavo cabeza de serie junior que el viernes había eliminado a la joven promesa francesa Valentin Royer.
Como padre se sufre más
Otro deportista argentino recorre estos días las pistas de Wimbledon, pero no es para jugar. Jorge Burruchaga, que no pudo acompañar a su hijo en mayo a París con ocasión del torneo de Roland Garros, no ha querido perderse el progreso de Román en Londres.
«Quería venir porque hace mucho que no me ve», reconoce Burruchaga junior, mientras su padre admite que «sufre» un poco presenciando los partidos.
Hace 33 años, el ya legendario futbolista disputaba con la selección nacional los cuartos de final de la Copa del Mundo contra Inglaterra el 22 de junio de 1986 en el Estadio Azteca de Ciudad de México.
El partido, que quedará para siempre en los anales por la Mano de Dios con que Maradona marcó uno de los dos goles que eliminaron a la selección inglesa por 2-1, se disputaba cuatro años después de la guerra de Malvinas y se inscribió en la rivalidad futbolística entre los dos países.
Una semana más tarde, Argentina se proclamaba campeona del mundo por segunda vez en la historia venciendo a Alemania por 3-2, con un gol de Jorge Burruchaga en el minuto 83.
Faltaban aún 16 años para que naciera Román, que ahora busca prolongar la tradición familiar de victorias deportivas.