Veinte civiles, incluidos siete niños, murieron en bombardeos del gobierno sirio contra un bastión de la oposición en el noroeste del país, indicó una ONG este sábado.
Un ataque se produjo el viernes por la noche en la localidad de Mahambel, en la provincia de Idlib (norte), y mató a 13 civiles, siete de los cuales eran niños, anunció el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (Osdh).
Por otro lado, siete personas, entre ellas una mujer, perdieron la vida este sábado por la mañana por el impacto de cohetes lanzado por el régimen en Jan Sheijún, en el sur de Idlib, informó el observatorio, con sede en el Reino Unido.
Idlib, donde viven unos tres millones de personas -muchas de las cuales huyeron de zonas antaño controladas por los rebeldes y ya recuperadas por el gobierno-, es el último gran bastión de la oposición tras ocho años de guerra.
La región de Idlib es objeto de un acuerdo para crear una «zona desmilitarizada», alcanzado en septiembre de 2018 entre Ankara, que apoya a los rebeldes, y Moscú, que respalda al régimen de Damasco. Pero, pese a ello, ha sido atacada reiteradamente desde finales de abril.
Según el Osdh, más de 520 civiles han muerto allí desde entonces. La guerra en Siria causó más de 370.000 muertos y millones de desplazados desde su comienzo, en 2011.