Personas del barrio hicieron una presentación judicial para que los bares y cervecerías cumplan con la ordenanza. “No podemos dormir”, afirmaron a CLG
Un reclamo que lleva meses tuvo un giro judicial el pasado jueves: vecinos de Pichincha, que se quejan del exceso de ruidos molestos provenientes de bares, boliches y cervecerías de la zona, hicieron una presentación judicial y buscan que los locales cumplan con la ordenanza vigente, ya que denuncian que los fines de semana “no se puede dormir”.
La prestación en un amparo sobre la Ley 10.000 y se busca que los bares y boliches que funcionan en el barrio cumplan con la ordenanza e insonoricen sus instalaciones. Además, piden más control de tránsito para evitar autos mal estacionados y destrozos, entre otras cuestiones.
CLG dialogó con Guillermo Kramp, uno de los vecinos de Pichincha que lleva adelante el reclamo, quien compartió: “Este es un pedido que viene desde noviembre de 2018. Tuvimos entrevistas con (el secretario de Control y Convivencia de la Municipalidad) Guillermo Turrin, pero hablar con él es lo mismo que nada. También estuvimos reunidos con la intendenta Mónica Fein, pero el último encuentro fue en marzo y desde ese momento nunca más nos prestaron atención”.
“En febrero tuvimos la primera reunión con Fein, quien pareció preocuparse y entender nuestra situación. Los controles estaban, pero fue todo para los carnavales. Estaban las chatas de la Guardia Urbana Municipal (GUM) paradas en las esquinas y no se movían de ahí. En marzo le dijimos que eso no funcionó y quedamos en que en siete o diez días nos volvíamos a reunir. Ya estamos en julio y todavía estamos esperando”, sostuvo Kramp.
Los reclamos pasan por la extensión de los horarios de algunos bares, el volumen de la música que reproducen, los autos mal estacionados en la calle y la presencia de gente con bebidas alcohólicas en las veredas del barrio.
“Hicimos un relevamiento con todos los boliches. Hay bares que molestan y otros que se ajustan a la ordenanza, eso hay que decirlo. También están los violentos, que amedrentan a los vecinos para que no llamen a la GUM. Se presentó todo eso y, con esas herramientas, ella prometió avanzar en una solución al problema. Pero eso no pasó”, sentenció el vecino.
Así las cosas, decidieron darle lugar a una presentación judicial. Mediante la misma, “si todo sale bien, se le va a exigir a la Municipalidad mediante una orden judicial que se cumplan las ordenanzas vigentes. Si un bar tiene que cerrar a la 1, que cierre a esa hora y no a las 4. Si el sonido de una cervecería sale a 70 u 80 metros, esa cervecería tiene que insonorizar el local. No estamos hablando de nada raro, sino de las ordenanzas que hoy en día rigen”.
“Es una vergüenza que seamos los vecinos quienes tengamos que entrevistar a profesionales para poder dormir. Tenemos que pagar los costos de todo, algo que no es para nada barato. Ya estamos cansados. Es literalmente imposible dormir. Hay personas que se van a la casa de familiares a descansar porque no pueden hacerlo en sus hogares», manifestó Kramp.
“Hace un mes denunciamos que había ruidos excesivos en un boliche. Llamamos y no tuvimos ni noticias. Cuando salimos a decir que íbamos a hacer esta presentación judicial, me llamaron desde la Municipalidad y me dijeron que en 15 días iban a venir a medir el sonido a mi casa. Los ruidos no van a estar cuando ellos lleguen. ¿A qué van a venir? La música no me dejó dormir hace 30 días. Y lo más probable es que, si saben que vienen, no haya exceso de ruidos. Así se manejan”, se volvió a quejar.
Por último, cerró: “Sólo queremos dormir. No estamos pidiendo cosas extraordinarias ni que cambien el recorrido de los colectivos. Sólo poder descansar en nuestros hogares”.