Por Mario Luzuriaga
Marvel cierra su gran etapa llamada «Saga del Infinito» con este fabuloso epílogo que fue «Spider-Man: Lejos de casa».
Stan Lee, su creador, deja una gran frase en el cierre del primer cómic de Spider-Man que es: «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad», y realmente este joven héroe deberá soportar una gran mochila que se llama responsabilidad.
En esta oportunidad el mundo se está reacomodando del regreso de los humanos luego del famoso chasquido de Thanos y se despide de tres héroes caídos como «Black Widow», «Capitán América» y , sobretodo, a Tony Stark/Iron Man.
Peter y sus compañeros se van de vacaciones a Europa pero algo extraño sucede cuando unos seres conocidos como «Elementales» ataca sorpresivamente a la Tierra y llega de manera inesperada un ser con poderes llamado Misterio, que asistirá a Spider-Man.
Como siempre Marvel se guarda ases en la manga y aquí lo hizo dejando con la boca abierta a todos los fans del personaje, ya que hacen cosas visuales que son maravillosas y hacen brillar a los personajes y asemejarse a los cómics.
Tom Holland está excelente en su rol de Peter Parker/Spider-Man y supera ampliamente lo que hicieron sus predecesores, Tobey Maguire y Andrew Garfield, ya que no es un nerd, ni tampoco un copado, es un término medio que está a la altura de las circunstancias.
Lo bueno y el gran conflicto que tiene es que se pide que reemplace lo hecho por Iron Man y se ponga al hombro lu liderazgo, inteligencia y demás exigencias, que este joven no puede hacerlo. No por un tema de capacidad, sino por un tema de personalidad.
Otro que está para los aplausos es el actor Jake Gyllenhall interpretó de una manera más que eficaz a este personaje que tiene una espectacular historia.
Quedan muchas cosas que analizar, pero se define como una sólida película, divertida e ideal para que los chicos puedan ver en estas vacaciones. Y no se vayan cuando termine la película porque tiene dos escenas post-créditos.
Calificación: Muy buena.