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Tras 24 años

Se realizó el último juicio por la denominada «mafia de oro» con condenas a implicados


La denominada «mafia del oro», por la cual durante la década del ´90 se defraudó al Estado por más de 20 millones de dólares con reintegros fiscales por exportaciones simuladas de ese metal, cerró su capítulo judicial al condenarse a los últimos acusados tras 24 años.

Con la firma de los jueces José Michilini, Diego García Berro e Ignacio Fornari, el Tribunal Oral Penal Económico 1 condenó a Salvador Camji, Mario Grinschpun, y Carlos Augspach a la pena de dos años y ocho meses de prisión.

Camji fue director de la Sociedad Vega & Camji S.A.I.C., firma exportadora de manufacturas de oro; Grinschpun era despachante de aduana de la totalidad de exportaciones y vinculado con sociedades dedicadas a la misma actividad; mientras que Augspach era el representante legal en la Argentina de las sociedades beneficiarias en el exterior Handy & Harman y South Windsor Metallurgical Inc.

La «mafia del oro» fue una maniobra ejecutada entre 1993 y 1995 por la cual se otorgaron reintegros fiscales indebidos por más de 20 millones de dólares y por exportaciones de oro manufacturado que nunca existieron o bien se sobredimensionaron.

Un personaje central en la trama fue Enrique Piana de Casa Piana, una sociedad anónima que llevó adelante declaraciones ante la Aduana y la DGI de operaciones de exportación de oro manufacturado por las cuales obtuvo reintegros millonarios.

Augspach, Grinschpun y Camji, los dos primeros como participes necesarios y el tercero como autor, intervinieron en las operaciones de exportación cursadas por la firma Vega & Camji SAIC, documentadas mediante 213 permisos de embarque con sobrefacturación y que a su vez habrían recibido un tratamiento aduanero distinto al que le hubiese correspondido, lo que posibilitó el cobro de reintegros indebidos.

El oro, según se acreditó, ingresó al país como intercambio por autoridades nacionales o extranjeras y bancos habilitados, exento de impuestos, y el metal fue adquirido por los empresarios y lo exportaban como mercadería manufacturada, evitando pagar el pago de derechos de importación que deberían haber abonado de haber importado personalmente.

La sobrefacturación a las empresas Handy & Harman y South Windsor Metallurgical Inc. habría sido al efecto de incrementar las sumas percibidas por la exportadora en concepto de reintegros. De esta forma, a 24 años de la maniobra ejecutada con la «mafia del oro» se llegó al último de los procesos que la Justicia tenía pendientes.