El precandidato presidencial Alberto Fernández, del Frente de Todos, afirmó ayer que, en caso de ser presidente, gobernará él y no su compañera de fórmula, la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner y sostuvo que el postulante a vice oficialista de Juntos por el Cambio, el senador Miguel Pichetto, fue un «agente encubierto» del actual gobierno dentro del peronismo.
Fernández también dijo que «hay chicos de La Cámpora» con los que no está cómodo y denunció que el Presidente Mauricio Macri, «apagó la economía» pero que una eventual administración peronista volverá a «encenderla».
«Pichetto venía como un representante del peronismo llamado ‘racional’, pero «terminó demostrando que era un agente encubierto del gobierno» en las filas de la oposición justicialista.
«Yo garantizo que voy a gobernar yo», aseveró Fernández, quien objetó que «cuando critiqué al gobierno de Cristina decían de mí ‘qué coraje tuvo’, pero ahora parece que me convertí en un pelele».
En una entrevista concedida a América TV, el precandidato negó que la agrupación ultrakirchnerista La Cámpora haya copado las nóminas de candidatos: «La Cámpora tiene el 33 por ciento en las listas en la provincia de Buenos Aires y hay que recordar que en su momento acompañó a Cristina, sacó el 38% de los votos, guste o no».
Fernández sostuvo que «había que armar una lista muy compleja, era una discusión del peronismo, de La Cámpora, de los movimientos sindicales, del sector de Sergio Massa…Hay muchos chicos de La Cámpora con los que no me siento cómodo, pero me siento muy cómodo con (los referentes de ese sector) Wado de Pedro, con Máximo (Kirchner), al que han demonizado pero es muy moderado, el Cuervo (Larroque) tiene expresiones altisonantes, pero no lo invalida como militante…».
Fernández reiteró que la ex presidenta Fernández de Kirchner «va a probar su inocencia en todas las causas» donde está imputada porque son expedientes «en los que se la involucró con un forzamiento impresionante de todas las normas, con construcciones legales difíciles de creer».
Acerca de una posible revancha o de la posibilidad de analizar a los jueces que imputaron a la ex presidenta, dijo que «el 10 de diciembre voy a meter presa a la venganza» y que los magistrados podrán ser evaluados «por los fiscales o por el Consejo de la Magistratura».
No obstante, admitió una revisión de esas conductas porque «los actos de gobierno deben ser revisados» y en este caso hay un supuesto «complot» que «debe ser revisado».
«La actitud de algunos jueces federales y de la (Cámara de) Casación demuestran» que habría un «complot» contra Cristina Fernández, aseveró, pero al mismo tiempo negó que vaya a dar una «amnistía» a los kirchneristas acusados y eventualmente condenados en juicio por hechos de corrupción, entre los que incluyó al ex ministro de Economía y ex vicepresidente Amado Boudou.
Fernández descreyó de un enriquecimiento ilegal del matrimonio Kirchner en la función pública y dijo que «llegaron con una fortuna anterior al poder», ya que «hicieron mucho dinero con juicios y tenían acumulada una cantidad de plata importante», e instó a «mirar las declaraciones juradas» de los ex mandatarios.
Consultado sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman y las denuncias sobre una supuesta responsabilidad del gobierno kirchnerista, dijo: «No tengo que opinar sobre algo que tiene que decidir la justicia, pero me parece insólito que dos años después alguien arme una escenografía y diga que a Nisman lo mataron dos personas…Es un disparate mayúsculo, tenemos que saber qué pasó con Nisman, si se suicidó o quién lo mato si lo mataron, pero esta muerte no se le puede imputar a Cristina».
Acerca del gobierno de Venezuela, a cargo de Nicolás Maduro, consideró que «es un gobierno autoritario que ha dañado la calidad institucional del país», la cual hay que restablecer «pero sin una intervención de los gendarmes de Estados Unidos».
Fernández aseveró que «Macri apagó la economia desde el día que llegó, pero nuestro proyecto es encender la economía», y advirtió que «la globalización no nos tiene que convertir en estúpidos».
En ese marco estimó que «hay que pesificar las tarifas» de los servicios públicos, al tiempo que denunció que «de los 39.000 millones de dólares que ingresaron hasta hoy del FMI se fueron 30.000 millones».