El seleccionado argentino inició este sábado la preparación del clásico ante Brasil, correspondiente a las semifinales de la Copa América 2019. Los dirigidos por Lionel Scaloni realizaron un entrenamiento distendido en el predio deportivo de Fluminense, en Río de Janeiro, que tuvo como particularidad la presencia de familiares.
El director técnico ordenó el trabajo posterior a la victoria frente a Venezuela (2 a 0) en el estadio Maracaná acompañado de Ian, uno de sus hijos, que vestía una camiseta azul del equipo nacional.
La sesión, como suele ocurrir después de cada compromiso, tuvo un carácter liviano y se desarrolló en un clima de alegría y tranquilidad después del resultado y la aceptable actuación del equipo ante la «Vinotinto» por cuartos de final. Por un lado, los jugadores que comenzaron el partido de ayer como titulares trabajaron en la recuperación física dentro de uno de los gimnasios del lugar y luego algunos se relajaron en la pileta, también con la cercanía de sus seres queridos.
Muchos familiares de los jugadores permanecen todo el fin de semana en Río de Janeiro, tras asistir al Maracaná, donde una de las «estrellas» en el palco fue Mateo, el simpático segundo hijo de Lionel Messi.
Otro grupo trabajó en uno de los campos de juego para realizar un partido en espacios reducidos, que fue observado atentamente por el entrenador y sus colaboradores. Participaron Paulo Dybala, Renzo Saravia, Roberto Pereyra, Milton Casco, Giovani Lo Celso, Guido Rodríguez, Matías Suárez, Ramiro Funes Mori y los arqueros Agustín Marchesín y Juan Musso.
Franco Armani se ejercitó en uno de los arcos junto con el entrenador Martín Tocalli y algunos sparrings.
El plantel argentino descansará la noche de hoy en Río de Janeiro, mañana volverá a entrenarse a puertas cerradas en el predio de Fluminense y por la tarde, a las 14.30, emprenderá su viaje rumbo a Belo Horizonte, donde el martes a las 21.30 se jugará el pase a la final ante los anfitriones de la Copa.
En la práctica de este domingo, Scaloni comenzará a definir la formación para el clásico. La principal duda es saber si mantendrá el esquema de tres delanteros que le dio buenos resultados ante Qatar y Venezuela o, dada la jerarquía del rival, refuerza el mediocampo con un cuarto volante.
Argentina y Brasil tiene un historial general de 100 partidos con gran paridad: 38 victorias para los pentacampeones mundiales, 37 triunfos «albicelestes» y 25 empates.
En partido oficiales, el equipo argentino lleva una pequeña ventaja con 19 victorias, doce empates y 17 derrotas en 48 encuentros; sin embargo, los antecedentes más recientes por Copa América favorecen claramente al «Scratch».
La victoria más reciente de Argentina en el clásico por el torneo sudamericano ocurrió por penales en los cuartos de final de Ecuador 1993, que además fue el último título del seleccionado mayor, bajo la conducción de Alfio Basile.
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Desde entonces, Brasil salió airoso en los cuartos de final de Uruguay 1995 y Paraguay 1999 y en las finales de Perú 2004 y Venezuela 2007.
En medio de esa racha, los brasileños también fueron ganadores de otro cruce de eliminación directa con la goleada por 4-1 en la final de la Copa de las Confederaciones 2005, disputada en la ciudad alemana de Frankfurt.
El equipo de Scaloni se clasificó entre los cuatro mejores del continente por tercera edición consecutiva -viene de ser finalista en Chile 2015 y Estados Unidos 2016- después de ingresar segundo en el Grupo B y eliminar a Venezuela en cuartos.
Brasil, por su lado, se adjudicó invicto el Grupo A y después dejó en el camino a Paraguay por penales tras empatar sin goles en el tiempo reglamentario.