"Nuestra Señora de la Rocca" es principalmente una escuelita de fútbol emplazada en la zona oeste. Vecinos e impulsores narraron a CLG su historia y presente
Un grupo de vecinos de la zona oeste de la ciudad sostienen hace alrededor de 30 años el club Nuestra Señora de la Rocca. Su principal actividad es el fútbol, tanto para niños como para niñas, pero además impulsan otras actividades para contener a chicos vulnerables de la zona. Tiene alrededor de 100 socios, pero en un horario de la tarde, las puertas se abren para que entre a gambetear todo aquel que quiera.
Integrantes de la comisión directiva del club, ubicado en Tesla al 2000, contaron a Con la Gente sus orígenes, cuando la mayoría de ellos era menor de edad. “Yo nací acá enfrente. Soy un hijo del club. Coseché miles de amigos, todos me saludan por la calle”, relata Kirco a CLG. Mientras tanto, uno de sus compañeros afirma que los inicios de la institución están vinculados a la iglesia aledaña, de la que obtuvo su nombre. Sin embargo, en 1995 obtuvieron la personería jurídica y hoy son totalmente independientes.
“Anteriormente dependíamos de la iglesia. Estos terrenos estaban ocupados por villas de emergencias. El padre Jorge Berti logró en el 81, otorgando chapas y terrenos, retirar la villa de emergencia que había en el lugar. La canchita estaba enfrente, donde hoy está el refugio Sol de Noche. El padre Jorge se retira y nosotros quedamos prácticamente huérfanos. Hablamos con el padre nuevo y nos dijo que si alambrábamos todo nos dejaba armar este predio”, explicó otro de los entonces jóvenes emprendedores, sobre el proyecto que comenzaron a gestar.
La historia se va construyendo a través de los aportes de cada uno de los fundadores del club. “Yo hace 67 años que vivo acá. En su momento, los terrenos fueron donados para la ejecución de una plaza. Alambramos y con esfuerzo empezamos a hacer las instalaciones, que eran mucho más precarias que las actuales. Decidimos hacer una escuelita de fútbol, en la cual los chicos no pagan nada. El club se mantiene exclusivamente del alquiler de la cancha y con una pequeña cuota que pagan los padres, pero es más que nada para comprar camisetas y que tengan los trofeos a fin de año”, aportó otro compañero en diálogo con CLG.
Además de brindar un espacio de esparcimiento y deporte para los nenes del barrio, el club trabaja conjuntamente con las más de diez escuelas de la zona. Las mismas organizan una vez al año un gran evento interescolar para el que la institución deportiva presta el predio.
El terreno en el que está emplazado el club pertenece a la Municipalidad de Rosario, por lo que cada cinco años la comisión directiva debe renovar el préstamo. “Nosotros no nos damos cuenta del monstruo gigante que hicimos. El que viene de afuera por ahí así. Lo único que le pedimos al gobierno es si este predio puede pertenecer al club, eso sería enorme. A veces estamos restringidos en hacer algo porque el club no es titular del predio”, relataron.
“Acá hicimos la escuelita para que todos los chicos que no tienen lugar en otras instituciones para poder jugar, puedan venir y divertirse y tomar el deporte como algo que les gusta, que no se sientan discriminados. Nuestra idea es que crezca en familia, sumar actividades: baile, judo, yoga. Es todo una lucha, cuesta pero estamos”, concluyeron.
La actualidad y los proyectos
Actualmente, la institución está embarcada en la construcción de un salón más grande, que pueda contener a 300 personas y que sirva como sede para nuevas actividades o para alojar a chicos de otros lugares que vengan a jugar y conocer el club. “Ya hicimos las columnas. Estamos contando con el apoyo de todos los padres. Para eso hacemos comidas los fines de semana o feriados. En las fechas patrias hacemos locro con un éxito bárbaro. Es un esfuerzo bárbaro, nos cuesta pero lo vamos haciendo. Hay un salón arriba con baño privado que lo ofrecemos para que los chicos vengan a hacer yoga. Después mantener la cancha, por supuesto. Tenemos césped artificial, que repararlo y mantenerlo sale bastante costoso”, explicaron los integrantes de la comisión a CLG.
Añadieron que actualmente “las necesidades principales son ampliar y mantener los baños, hacer algún lugar más, otra canchita para cuando vengan los padres a practicar puedan jugar ahí”.
“Todo lo que hacemos es para el barrio. La motivación que tenemos son los recuerdos. Todo lo que se hizo acá ha llevado mucho tiempo. Nosotros estamos desde el año 80 y algo. Hubo mucha gente que colaboró. Siempre se trató de esfuerzo y mucha buena gente pensando más que nada en sus hijos. Absorbemos muchos chicos de las villas, que hoy tienen 30 años, pasan, te saludan y vienen a jugar acá. No están afiliados, pero vienen porque se les abren las puertas”, contaron emocionados.
En la misma línea, consideraron que “eso es lo importante, que somos del barrio, queremos a la institución, apoyamos a la institución”. “Siempre estamos colaborando con la sociedad, más en estos momentos difíciles. Ya somos un poco abuelos nosotros. Yo tengo un nieto que no veo la hora de traerlo también. Tenemos dos profesores a los que les pagamos para que les enseñe fútbol a los chicos, que los entretengan. Todo suma, no estamos como aves de paso, estamos incrustados. Los recuerdos que uno lleva, los lleva adentro”, finalizaron.