Decenas de miles de argelinos se manifestaron este viernes por decimosexto viernes consecutivo, el primero desde la suspensión de las elecciones presidenciales, contra los reflujos del régimen del dimitido presidente Abdelaziz Bouteflika, que gobernó el país norafricano durante 20 años.
Los manifestantes rechazaron la propuesta del jefe de Estado interino, Abdelkader Bensalah, para lanzar un diálogo entre los diferentes actores políticos y la sociedad civil.
Acompañados por pancartas con mensajes como «no hay diálogo con los impostores» o «no a las elecciones con la mafia», los manifestantes reclamaron una transición democrática con representantes del pueblo y no del antiguo régimen, como Bensalah o Ahmed Gaid Salah, jefe del Ejército convertido en el hombre fuerte del país desde la forzada dimisión del antiguo presidente Buteflika.
El centro de Argel, protegido por un importante dispositivo policial, se lleno de cientos de ciudadanos que comenzaron a llegar a la capital desde las 7 de la mañana desde numerosas ciudades del país.
Manifestaciones similares tuvieron lugar en diferentes ciudades argelinas, entre otras Orán, Sidi Bel Abbed, Mostaganem, Yelfa, Msila, Constantina, así como Annaba y en la región de la Cabilia.
Como cada viernes desde el 22 de febrero pasado, una marea humana apareció después del mediodía, al termino de la oración, comenzando desde la tradicional plaza Primero de Mayo. Los manifestantes repitieron «Hartos de este poder» o «Liberad Argelia».
«El discurso fue un mensaje claro de que la mafia continúa y está tratando de ganar tiempo. Así no queremos elecciones ni ahora ni después», dijo Smail, un argelino de 47 años que asiste desde el comienzo de las protestas junto a sus amigos, en declaraciones a la agencia de noticias EFE.
Las protestas populares en Argelia, una de las mayores en el país desde la independencia de Francia en 1962, empezaron el 22 de febrero pasado con una gran manifestación en contra de la decisión de Bouteflika de optar a un quinto mandato consecutivo pese a estar gravemente enfermo.
Tras su dimisión el 2 de abril pasado, el objetivo de los manifestantes es la salida de todas las personas que formaban parte de su régimen y la cancelación de las elecciones presidenciales, convocadas por el jefe de Estado interino para el próximo 4 de julio.
Desde entonces, Argelia está tutelada por el presidente el Senado y jefe del Estado interino, Gaid Salah, un miembro de la vieja guardia que ha convocado los comicios, y por el ex ministro de Interior y actual líder del gobierno, Nouredin Bedaui, cuyas renuncias también son exigidas por el movimiento de protesta popular.
Salah pronunció anoche un mensaje a la nación para instar a la clase política y a la sociedad civil a un diálogo «consensuado e inclusivo» con el objetivo de preparar la «hoja de ruta» de la próxima cita electoral, todavía sin fecha fija.
El presidente interino manifestó su intención de continuar a la cabeza del Estado hasta que se celebren las elecciones «en un plazo razonable y sin perder tiempo».