Estados Unidos gravará las importaciones mexicanas desde el lunes a pesar del «progreso» en las conversaciones para frenar el flujo migratorio hacia el norte, dijo el viernes la Casa Blanca, mientras México expresó su optimismo de lograr antes un acuerdo.
«Nuestra posición no ha cambiado», dijo a periodistas la portavoz del presidente Donald Trump, Sarah Sanders. «Los aranceles entrarán en vigencia el lunes».
Trump anunció la semana pasada aranceles a todos los bienes mexicanos a partir del 10 de junio, comenzando en un 5% y aumentando mensualmente hasta un 25%, hasta que México no pare el creciente número de migrantes, la mayoría centroamericanos, que llegan a la frontera estadounidense.
Desde Irlanda, donde Trump concluye un viaje de una semana a Europa, Sanders destacó el avance de las negociaciones que transcurren desde hace dos días en Washington. «Las reuniones han ido bien, pero hasta el momento todavía nos encaminamos hacia las tarifas el lunes», dijo.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se mostró confiado en evitar los aranceles, potencialmente desastrosos para la economía mexicana, que envía el 80% de sus exportaciones a su vecino del norte.
«Hay tiempo», dijo. «Hoy es viernes y hay dialogo y se puede llegar a un acuerdo. Estoy optimista», dijo en su habitual conferencia matutina. «No se han parado de la mesa ninguna de las partes. Eso es bueno», dijo, asegurando que «quiere ayudar» a Estados Unidos y seguir siendo «amigo» de Trump.
Pero Marc Short, jefe de gabinete del vicepresidente estadounidense Mike Pence, que ha supervisado las conversaciones durante la gira europea de Trump, dijo que la Casa Blanca prevé emitir una notificación legal este viernes para que las tarifas entren en vigor según lo previsto.
«Creo que existe la posibilidad, si las negociaciones siguen yendo bien, de que el presidente pueda desactivar eso en algún momento durante el fin de semana», dijo, no obstante.
Control vs desarrollo
El canciller de México, Marcelo Ebrard, inició un tercer día de negociaciones en el Departamento de Estado sobre las 9 del viernes (13), sin que ninguna de las partes adelantaran cuáles son los puntos conflictivos.
La Casa Blanca quiere que México, como primer país seguro al que ingresan los migrantes, acuerde con Estados Unidos aceptar todas sus solicitudes de asilo, evitando así que lo hagan en territorio estadounidense. Ebrard descartó enfáticamente esta posibilidad el lunes, aunque la víspera declinó comentar sobre el tema.
Además, Washington pide que México refuerce su vigilancia en la frontera con Guatemala, y que combata la corrupción en los puestos fronterizos, que permite que los migrantes sigan su marcha.
El gobierno de AMLO, en tanto, está enfocado en promover el desarrollo de Guatemala, Honduras y El Salvador, origen de la mayoría de los migrantes, que dicen huir por motivos económicos y por la rampante violencia derivada de las bandas criminales.
México incrementó el jueves los gestos para aplacar a Trump, tras conocerse esta semana un pico de más de 144.000 migrantes detenidos en mayo en Estados Unidos, la cifra más alta desde 2006.
El gobierno de AMLO anunció el despliegue de 6.000 efectivos de la recién creada Guardia Nacional en su frontera con Guatemala y el bloqueo de las cuentas bancarias de 26 presuntos traficantes de personas, tras impedir el avance de un nueva caravana de 1.200 personas.
México está haciendo lo que «le corresponde» para hacer valer sus leyes migratorias «cuidando que se respeten los derechos humanos y que se atienda el problema de fondo, que es la falta de oportunidades» en Centroamérica, dijo López Obrador este viernes.
«Nos necesitan»
Trump, que regresará esta tarde a Washington, defendió su plan de tarifas como «algo hermoso» y se quejó de lo que llamó una «embestida» de migrantes indocumentados.
«Eso es realmente una invasión sin armas», dijo Trump a Fox News en una entrevista difundida el jueves por la noche. Cuando la periodista le recordó que México es un importante aliado comercial de Estados Unidos, reaccionó preguntándose ¿Cómo se define aliado?», y luego deploró que México permita el avance de los migrantes a través de su territorio.
Los aranceles han generado fuerte rechazo en el Congreso, incluso en filas del Partido Republicano de Trump, pero el presidente no mostró inquietud ante la posibilidad de que las tarifas afecten la ratificación del T-MEC, el nuevo acuerdo comercial con Norteamérica que debe reemplazar al TLCAN.
«No me preocupa porque nos necesitan. No los necesitamos, nos necesitan», dijo sobre México. AMLO, que no ha descartado tomar medidas de represalia, le recordó sin embargo esta semana a Trump que la aplicación de tarifas también tendría un alto costo para Estados Unidos, cuyo mayor socio comercial en lo que va del año es México, principalmente por la guerra comercial de Trump con China.
Sanders dijo que Trump no ha hablado «hasta la fecha» con su homólogo mexicano sobre el tema.