Un grupo de mujeres voluntarias se juntó en 2011 para tejer mantas que luego destinan a personas necesitadas de los diferentes hospitales rosarinos y la región
Por Diego Carballido
Un grupo de voluntarias comenzó hace ochos años a tejer mantas que luego fueron destinadas a personas necesitadas de los diferentes hospitales rosarinos, y últimamente han llegado hasta los centros de salud de localidades vecinas.
Romina Albarracín, una de las integrantes de Rosario Abriga, compartió la génesis de esta iniciativa solidaria en diálogo con CLG: «La idea surge en Buenos Aires a partir de una situación que vivió una médica al enterarse que una de sus pacientes se retiraba con una manta toda rota y, por eso, había robado una del hospital. La profesional intervino y le pidió al personal de seguridad que le cobraran el valor de la manta a ella. Desde ese día, la doctora empezó a tejer para la sala de maternidad que estaba a su cargo».
En junio de 2011, la propuesta llegó a Rosario y automáticamente produjo que un grupo de personas comenzaran a repetir la experiencia de la médica de Buenos Aires. «Somos todas personas voluntarias que nos juntamos a tejer y gracias al apoyo de conocidos y familiares pudimos sostener este espacio de encuentro a lo largo de los años”.
Rosario Abriga está organizando una mateada solidaria para este sábado 15 de junio, desde las 14.30, en el Mercado del Patio (Córdoba y Cafferata). «Antes estábamos en la pérgola de Presidente Roca y el río, pero nos tuvimos que mudar al Mercado del Patio. Al no tener un espacio físico, cada uno teje en su casa, pero algunos sábados al año nos llevamos las reposeras y nos encontramos para compartir unos mates y recibir donaciones. Una actividad abierta a todo el público”, contó Albarracín. En esta ocasión, la mateada tendrá la particularidad de los festejos por el octavo aniversario de la agrupación.
A través de sus referentes, logran distribuir sus mantas en todos hospitales de la ciudad, además de Villa Gobernador Gálvez y Funes. «Tenemos un cronograma armado a principio de año y no dejamos de trabajar aún en los meses de calor porque preparamos las mantas para tener stock durante el invierno», detalló Albarracín.
Rosario Abriga recibe habitualmente donaciones de lana o de cuadraditos tejidos que luego terminan siendo las mantas destinadas a los centros de salud. «Repartimos en todas las maternidades de Rosario, en ciudades vecinas y colaboramos con el comedor comunitario Los Peques», sumado a otras instituciones que frente a la necesidad suelen pedir la ayuda de este grupo de personas.
«Todas tenemos una historia particular con alguno de los hospitales y de alguna manera eso nos une», compartió Albarracín, y amplió que a lo largo del tiempo van interiorizándose sobre las diferentes realidades hospitalarias que visitan: «Hemos aprendido muchas cosas a medida que realizamos las visitas, por ejemplo que en neonatología no se podían entregar mantas de lanas por el cuidado que reciben los recién nacidos. Por lo tanto, empezamos a armarles mantas polares».
Albarracín también expresó que la solidaridad y la confianza en este grupo producen que las personas no solo les entreguen elementos para tejer sino también pertenencias de los bebés, que las familias ya no utilizan, y que pueden ser de vitales para otras familias que lo necesitan.
Sobre el final, Albarracín aclaró que el grupo no solo lo conforman mujeres sino que también «tenemos hombres tejiendo. Uno es enfermero del hospital Roque Sáenz Peña y empezó tejiendo para su propio nieto. Ahora, está colaborando al igual que otros varones. Hasta hay un matrimonio donde tejen tanto ella como él».