La oposición de Dinamarca, de centroizquierda, ganó hoy las elecciones generales con casi 47% de los sufragios frente a 43% del bloque gubernamental de derecha, escrutado 75% de los votos.
Con estos resultados, la oposición obtendría 89 de las 179 bancas del parlamento, a uno de la mayoría absoluta, que podría lograr con el previsible apoyo de los ecologistas de La Alternativa.
El bloque gubernamental del primer ministro, el liberal Lars Løkke Rasmussen, alcanzaría los 74, y ni sumando los siete diputados de otras dos fuerzas de derecha o alguno de los cuatro mandatos de los territorios autónomos de las Islas Feroe y Groenlandia que podrían apoyarlo estaría cerca de la mayoría, informó la agencia de noticias EFE.
El Partido Socialdemócrata fue la fuerza más votada con 26,9 %, apenas unas décimas mejor que en las anteriores elecciones de 2015, por delante del Partido Liberal de Rasmussen, que subiría casi cinco puntos y recuperaría la condición de segunda fuerza.
El Partido Popular Danés, apoyo externo de todos los ejecutivos liberal-conservadores desde 2001, perdió más de la mitad de sus votos y escaños para caer a 9,6 % y bajar al tercer lugar, un desplome similar al sufrido en los últimos comicios europeos.
Al triunfo del bloque opositor contribuyó sobre todo el resultado del Partido Social Liberal, con 7,4%, casi tres puntos más; y del Partido Socialista Popular, con 7% y un ascenso similar, mientras que la rojiverde Lista Unitaria bajó dos puntos para quedarse en 5,5%.
Las otras dos fuerzas políticas que integraron el gobierno de Rasmussen obtuvieron resultados dispares: la Alianza Liberal cayó a 2,2%, cinco puntos menos, y el Partido Conservador dobló sus votos hasta 6,9%.
La Alternativa se quedó en 2,4%, la mitad que en 2015, mientras Nueva Derecha, una fuerza xenófoba surgida hace tres años, entraría al parlamento con 2,5%.
Otras dos fuerzas pugnaban por superar la barrera mínima de 2% y obtener representación parlamentaria: el Partido Democristiano y el xenófobo Rumbo Firme, que quiere prohibir el islam en Dinamarca, ambos con 1,9%.
La socialdemócrata Mette Frederiksen se convertiría a sus 41 años en la primera ministra más joven en la historia de Dinamarca.
Frederiksen ha insistido durante la campaña en su intención de gobernar en minoría en solitario pactando la política migratoria con el bloque de derecha, como ha hecho en la anterior legislatura, y los temas económicos y sociales, con sus aliados de centroizquierda.
Pero el resultado podría provocar que sus aliados aumentasen su presión para introducir modificaciones en la dura línea en inmigración y asilo que ha imperado en Dinamarca en las dos última décadas y que se ha acentuado desde 2015.