Tomar un litro de una bebida energética en un corto periodo de tiempo puede aumentar la presión arterial y el riesgo de trastornos eléctricos en el corazón, que afectan al ritmo cardiaco, según un pequeño estudio publicado en ‘Journal of the American Heart Association’, la revista de acceso abierto de la Asociación Americana del Corazón y la Asociación Americana del Ictus.
El estudio reclutó a 34 voluntarios sanos entre las edades de 18 y 40 años. Los participantes fueron asignados al azar a tomar medio litro de una de las dos bebidas energéticas con cafeína disponibles comercialmente o una bebida placebo en tres días separados. Las bebidas se consumieron en un periodo de 60 minutos, pero no más de una botella de medio litro en 30 minutos.
Los investigadores midieron la actividad eléctrica de los corazones de los voluntarios mediante un electrocardiograma, que registra la forma en que un corazón está latiendo. También registraron la presión arterial de los participantes. Se realizaron todas las mediciones al inicio del estudio y cada 30 minutos durante cuatro horas después del consumo de bebidas.
Las dos bebidas energéticas probadas contenían de 304 a 320 miligramos de cafeína por cada litro. No se espera que la cafeína en dosis de menos de 400 miligramos induzca cambios electrocardiográficos. Otros ingredientes comunes en las bebidas energéticas en el estudio incluyeron la taurina (un aminoácido), la glucuronolactona (que se encuentra en las plantas y los tejidos conectivos) y las vitaminas B. La bebida placebo contenía agua carbonatada, zumo de limón y sabor a cereza.
En los participantes que consumieron cualquier tipo de bebida energética, los investigadores encontraron que el intervalo QT fue de 6 milisegundos o 7,7 milisegundos más alto a las cuatro horas en comparación con los que consumieron la bebida placebo. El intervalo QT es una medida del tiempo que tardan los ventrículos en el corazón (las cámaras inferiores) en prepararse para generar un latido nuevamente. Si este intervalo de tiempo es demasiado corto o demasiado largo, puede hacer que el corazón lata de manera anormal. La arritmia resultante puede ser mortal.
Los resultados del estudio confirman los hallazgos anteriores y sugieren que los cambios en el intervalo QT generalmente se mantienen durante el periodo de monitoreo de cuatro horas en lugar de ser un efecto de corta duración después de consumir un litro de una bebida energética. Los científicos también encontraron un aumento estadísticamente significativo de 4 a 5 mm Hg en la presión arterial sistólica y diastólica en los participantes que consumieron las bebidas energéticas.
Efectos no atribuibles a la cafeína
«Encontramos una asociación entre el consumo de bebidas energéticas y los cambios en los intervalos QT y la presión arterial que no se pueden atribuir a la cafeína. Necesitamos con urgencia investigar el ingrediente particular o la combinación de ingredientes en diferentes tipos de bebidas energéticas que podrían explicar los hallazgos observados en nuestro ensayo clínico», dice el autor principal Sachin A. Shah, profesor de práctica farmacéutica en la Universidad del Pacífico, en Perú, y en la Escuela de Farmacia y Ciencias de la Salud Thomas J. Long en Stockton, California, Estados Unidos.
El estudio es el mayor estudio controlado de los efectos de las bebidas energéticas sobre el corazón y la presión arterial en voluntarios jóvenes y sanos, según los autores. Las estimaciones indican que aproximadamente el 30 por ciento de los adolescentes entre los 12 y los 17 años de edad en Estados Unidos consumen bebidas energéticas de forma regular, lo que se ha relacionado con un incremento en las visitas a las salas de emergencia y la muerte, según publicó El Espectador.
«Las bebidas energéticas son fácilmente accesibles y son consumidas comúnmente por una gran cantidad de adolescentes y adultos jóvenes, incluidos los estudiantes universitarios. Comprender cómo estas bebidas afectan al corazón es extremadamente importante», afirma la coautora del estudio, Kate O’Dell, profesora de Farmacia y directora de Programas Experienciales en la Escuela de Farmacia y Ciencias de la Salud Thomas J. Long.
Entre las limitaciones del estudio, está que se diseñó para evaluar los efectos del consumo a corto plazo de una bebida energética y no proporciona información sobre los efectos a largo plazo ni los efectos del consumo rutinario de bebidas energéticas. Además, el consumo de bebidas energéticas se evaluó solo, y no es infrecuente que las bebidas energéticas se consuman en combinación con otras sustancias como el alcohol. Finalmente, el estudio incluyó solo individuos sanos entre las edades de 18 a 40 años y los resultados pueden ser diferentes en otras poblaciones.