Por Enrique Genovar
Paliza, papelón, vergüenza. La presentación de Argentina en Madrid nos hizo abrir los ojos. El 6-1 ante España es un resultado que golpea fuerte a pocos meses del Mundial y obliga a Sampaoli a revisar sus apuntes. Así, estamos más cerca del fracaso que de la gloria tan buscada.
Más allá de algunos nuevos nombres, que tampoco marcaron diferencias, la mayoría de los jugadores son los mismos de siempre. Aquellos que perdieron las últimas tres finales jugadas. Cuando asumió el actual cuerpo técnico se esperaba un cambio, pero en líneas generales no existió. Tal vez no lo pudo hacer por lo agónica que fue la clasificación o porque estaba convencido, difícil de saberlo. Pero la derrota de ayer es una llamado de atención que el DT no puede dejar pasar.
No hay dudas de que la actuación de ayer en el Wanda Metropolitano debe traer consecuencias. Pensar que en Rusia esto no va a pasar sería un gran error. El porrazo que se pegó Argentina hoy debe hacer abrir los ojos a Sampaoli y ese volantazo debe estar en la confección de la lista definitiva del Mundial. Y si el DT pensaba que ya tenía el 80 por ciento definido, deberá revisar mejor sus apuntes.
Es verdad que faltó Lionel Messi. Pero si se espera que el seleccionado argentino gane por lo que pueda hacer Messi es una locura. Rodearlo, acompañarlo, darle un equipo que el rosarino pueda potenciar es la obligación de Sampaoli. Pensar que Lio va a resolver todo por sí solo es un suicidio, porque podrá hacerlo con Ecuador, Islandia, Nigeria o algún otro, pero contra las potencias necesitará ayuda. Y no un equipo vulnerable en todas las líneas como el que fue vapuleado con España.
Rusia está a la vuelta de la esquina. Desaprovechar el último Mundial de Messi en plenitud es un pecado que no se puede cometer. Sampaoli debe tomar nota y actuar rápido. De su muñeca dependerá si Argentina irá al Mundial con aspiraciones serias o queda expuesto a otro fracaso