La prudencia, la responsabilidad y el cuidado son claves al momento de publicar fotos o videos de menores en las redes, donde también se deben tomar precauciones a la hora de brindar todo tipo de información, especialmente nombres de colegios o guarderías a las que asisten los niños, aconsejaron especialistas en seguridad informática.
«La realidad es que cuando subimos algo a Internet, la información sale de nuestro control y por lo tanto es importante preguntarse por ejemplo cuántos contactos pueden ver lo que publicamos y si incluso eso que publicamos también lo pueden ver los contactos de esos contactos», explicó Camilo Gutiérrez, jefe del Laboratorio de Investigación de la empresa de ciberseguridad ESET.
«Hay que tener presente que las nuevas generaciones crecen teniendo todo su entorno conectado a Internet, por lo que muchas veces, lo que para los mayores son dos mundos separados (el físico y el digital) para los chicos es uno solo. Es por eso que se los debe educar teniendo estas cuestiones presentes», describió.
Sostuvo que «hay que ser muy cuidadoso con lo que se publica en Internet», y dijo que si bien no hay que «llegar al extremo de no publicar ninguna foto, lo realmente importante es empezar por cuidar las configuraciones de las redes sociales».
En este sentido, enumeró que «se deben tomar precauciones tales como publicar fotografías que no generen un compromiso con la integridad del niño a futuro y mantener un grupo cerrado solamente de familiares cercanos para publicar la mayoría de las fotos, y no dejarlo abierto para que lo vea cualquier persona en Internet».
«El mejor ejemplo que los padres pueden darle a sus hijos relacionado con el manejo de información en Internet es ser prudentes con lo que se comparte en Internet», sintetizó Gutiérrez. Agregó que de esto es parte «contar con un perfil bien administrado, en el cual las fotos sean accesibles solamente por un grupo limitado».
Además, enfatizó en que se debe ser muy cuidadoso con la información adicional que se comparte, como el nombre del niño, la guardería, jardín de infantes o escuela a la que asiste. También es clave no compartir el lugar donde el niño «realiza sus actividades extracurriculares o cualquier otro dato que pueda resultar sensible, y que en las manos equivocadas, pueda ser utilizado de forma maliciosa», alertó.