El libanés Hibrain Yassin aseguró que el grupo jihadista Hezbollah fue el que organizó y ejecutó el atentado de 1994 contra la AMIA, uno de los ataque sobre los que ya había puesto en aviso a los servicios de inteligencia de Israel, para los que trabajó «persiguiendo una venganza» primero, y también tras su conversión al judaísmo.
Yassin, quien hoy responde al nombre de Abraham Sinaí y con 54 años es jubilado del ejército israelí, aseguró que el «cerebro» del atentado que causó 84 muertos y unos 300 heridos en julio de 1994 fue Imad Moughnieh, jefe de la sección internacional de Hezbollah y uno de los acusados por la Justicia argentina.
Durante una entrevista propiciada por la DAIA con medios de prensa argentinos en Tel Aviv, el ex espía relató además las circunstancias en las que fue colaborador de Hezbollah en El Líbano y pasó luego a las filas de los servicios secretos israelíes.
Moughnieh fue acusado por la Justicia argentina de haber sido el organizador del ataque contra la AMIA, pero murió en 2008 en Damasco cuando su automóvil voló por los aires destrozado por una bomba al salir de un acto conmemorativo de la revolución islámica en Irán.
Yassin, a quien en su momento buscó Interpol a pedido del fiscal Alberto Nisman, sostuvo que Moughnieh «era sanguinario y malvado, un personaje cruel sin escrúpulos».
«Sé que organizó el atentado contra la AMIA (del 18 de julio de 1994) aunque no conozco los detalles», apuntó. «Pero me consta que ese día lo celebraron», agregó.
«Anticipé (a los servicios secretos de Israel) información sobre una serie de atentados que se estaban por cometer a medidados de los años 90 hasta que en 1997 a mí y a mi familia nos sacaron del Líbano en un operativo secreto de inteligencia y militar israelí» explicó Yassin.
El feroz terrorista Moughnieh «quemó vivo con kerosene a mi hijo de 8 meses frente a mis hijos, frente a mí en una sala de torturas», afirmó el ex espía al recordar que en 1985 jefe jihadista lo sometió a todo tipo de apremios para lograr que su clan en el Líbano apoyara la causa de Hezbollah. Parte de esa tortura fue acabar con la vida de su niño de ocho meses, tras lo cual «me mantuvo preso durante once meses a un pozo», recordó Yassin al relatar que por esos tormentos aceptó hacer tareas de inteligencia para Hezbollah en momentos en que su familia vivía «un verdadero infierno» y se le impedía salir de El Líbano.
Yassin contó que juró vengarse y que un par de años más tarde de aquellos padecimientos fue contactado por servicios secretos israelíes. Fue cuando aceptó hacer «contrainteligencia» para ellos hasta que finalmente fue rescatado junto con su familia.
Yassin subrayó que una vez radicado en Israel continuó trabajando para el ejército israelí bajo el nombre de Abraham Sinaí, y que se convirtió del islamismo chiita al judaísmo y ahora estudia para ser rabino.
«Los atentados eran respuestas políticas y se hacían allí donde había buenas oportunidades», dijo en alusión a la falta de prevención del terrorismo que hubo en Argentina en aquellos años 90.
Yassin afirmó que el Gobierno de Irán era quien «estaba detrás» de las decisiones de Hezbollah, dado que ambos responden a la misma fracción chiita del islamismo. «Los atentados se cometían siempre con la anuencia de Irán», insistió Yassin.