Tras toda una vida dedicada a la construcción, un problema médico lo llevó a tener que abandonar su trabajo y recurrir a la venta callejera para sostener a su familia. Conocé su historia.
Una historia de lucha contras las adversidades. Lenin tiene 64 años y tuvo que abandonar el trabajo de toda su vida cuando le amputaron una pierna, debido a la diabetes. Hoy, trabaja como vendedor en la calle y con el dinero que junta, más su pensión, sostiene a su familia.
En siete meses perdió a tres de sus hijos: dos fueron asesinados y una enfermó. Sin embargo, debió reponerse y con ayuda de las personas que lo conocen por ganarse la vida desde hace más de dos años en plaza Sarmiento y otros puntos de la ciudad, vive el día a día.
En diálogo con CLG, contó cómo es el trabajo que hace y que no sabe de dónde saca fuerzas para salir adelante: «No sé que espíritu me maneja, me dicen que crea en Dios, ¿pero habrá uno?»
«Yo creo en la gente que me compra. Eso es lo que pido y siempre espero que pase, para poder llevar algo a casa. Vendo curitas y pañuelos. Los sábados y domingos, en otros pueblos, bolsas de residuos, a pedido de los clientes. Estoy todo el día en la calle, suelo irme 18.30», relató sobre sus semanas.
Por suerte, según deslizó, las personas lo «acompañan y colaboran».
Sobre las razones por las cuales trabaja en la calle, explicó que decidió hacerlo porque no tiene «otra entrada». «Toda mi vida la dediqué a la construcción, fui yesero siempre, hasta que tuve diabetes y me amputaron… Pero eso no me hecho atrás, puse un negocio en mi casa y me fue mal. Hoy estoy en la plaza, la gente colabora conmigo. Es día a día como vivimos. Tuve accidentes muy graves, pero sigo adelante, con ayuda de la gente que me compra o da propina», describió.
Lenín nació en Chile, donde pasó pocos años. «Soy criado en Argentina», aclaró. Junto a sus padres y hermanos, llegó al país y vivió no solamente en Rosario sino que también tuvo su paso por Tucumán y Catamarca. Pero elige la ciudad, y más en estos momentos difíciles: «La sociedad rosarina no te mira mal. Quienes no compran agradecen y que dice que otro día sí. No me puedo quejar».
«Vivo el día a día, no hay que adelantarse al futuro. lo que pasó es pasado, y lo próximo es futuro. Hoy es el presente», sostuvo.
Mirá el video y conocé la historia completa de Lenin.