Por Mariel Mansilla (*)
Cuando una persona sufre un accidente, son pocos los momentos en los que se cuenta con un profesional presente que sepa qué hacer. Por eso, es importante conocer los primeros auxilios, a quién llamar y qué decir ante una situación de emergencia.
El paro cardiorrespiratorio (PCR) es una de estas circunstancias que ameritan reaccionar de manera inmediata. Conocer la maniobra adecuada puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. En este sentido, saber y difundir la técnica de la reanimación cardiopulmonar (RCP) puede resultar de gran ayuda ya que aumenta el porcentaje de sobrevida de quienes reciben la atención adecuada de personas no profesionales.
¿Qué debemos saber para actuar correctamente ante un PCR?
Cuando vemos que un individuo sufre un colapso súbito o está tendido sin responder, tenemos que identificar si efectivamente se trata de un PCR. Para ello, debemos hablarle fuerte y claro a la persona mientras observamos el movimiento del tórax y controlamos el pulso.
Si no obtenemos respuesta alguna, no percibimos movimiento en el tórax y no logramos sentir el pulso, lo primero que debemos hacer es llamar al número central de emergencias nacional (911) o identificar a una persona para activar el llamado.
En segundo lugar, debemos iniciar las compresiones en el medio del pecho. Para eso, es importante que se realicen de 100 a 120 por minuto y con una profundidad de entre 5 y 6 cm, con el torso descubierto y la persona tiene que estar sobre una superficie firme.
¿Cómo realizar las compresiones correctamente?
Si bien la técnica parece complicada, es sencillo llevarla a cabo de manera eficiente. En primer lugar, debemos arrodillarnos junto al torso del individuo, apoyar el talón de la mano sobre el esternón (hueso que se encuentra en el medio del pecho), colocar una mano sobre la otra entrelazando los dedos y dejar los brazos extendidos sin flexionar codos, ni quebrar la cintura.
Al realizar las compresiones se debe mantener el apoyo sobre el pecho y presionar al ritmo indicado. De todas maneras, al llamar al número de emergencia, los operadores pueden guiar a la persona para realizar el trabajo correcto hasta la llegada de los profesionales.
¿Cuándo se detienen las compresiones?
Las compresiones se detienen si el individuo reacciona. En ese momento, se debe colocar a la persona en la posición de seguridad, es decir, de costado. Una vez que llegan los profesionales, se les trata de transmitir todo lo sucedido de la manera más fiel posible.
En el caso de que los profesionales acerquen un desfibrilador externo automático (DEA), entonces se enciende el equipo y se siguen sus instrucciones, que suelen ser muy claras. Si nos cansamos y hay otra persona en la escena le podemos pasar la responsabilidad de continuar las compresiones. Si esa persona no sabe cómo hacerlas, entonces debemos explicarle la técnica mientras la supervisamos. Este punto es importante ya que el cansancio puede provocar compresiones poco efectivas.
Por último, debemos recordar que la RCP de un testigo presencial no profesional puede hasta triplicar las posibilidades de supervivencia. Cada segundo vale la pena, según publicó TN.
(*) La autora es Jefa del departamento de Enfermería de ALPI y miembro del comité de docencia de la entidad. Docente de la Escuela Metropolitana de Altos Estudios (EMAE) y el Instituto Roffo (MN: 71794).