Por Mario Luzuriaga
Disney acapara todo y termina siendo un éxito, por más malo que el producto sea.
Desde que empezaron a idear la posibilidad de reflotar sus películas de dibujos animados a acción real, no pararon y no les importa si está bien o no. Pero a los que vivieron esos cuentos durante su niñez, les deja un sabor amargo.
En esta ocasión volvió a ocurrir lo mismo y quien fue el centro de la atención aquí fue una sola persona: Will Smith.
Esta historia nos centra en Agrabah, un país de Medio Oriente, que lo gobierna un Sultán que es secundado por el visir Jafar (Marwan Kensari), un villano de poca monta con aspiraciones grandilocuentes, que tiene como objetivo encontrar la lámpara mágica. Es ahí donde entra Aladdin (Mena Massoud) un ladronzuelo que vive en las calles junto a su mono Abú y conoce fortuitamente a la princesa Jazmín (Naomi Scott). Jafar nota en el joven la habilidad de poder hacerse con la lámpara y es ahí donde conoce a un particular Genio (Will Smith) que sale del artefacto.
Visualmente es una película impecable pero cerrada, sólo muestra pasajes de las calles, y se centra más en los espacios reducidos, como una habitación, o la cueva del Genio, etcétera. Guy Ritchie es un director que ha hecho cosas buenas y esta tiene algo de su sello, pero abusó de los musicales y de un empoderamiento forzoso del personaje femenino principal.
En el cuento original de Disney, la princesa Jazmín no era una damisela en apuros, pero aquí dieron un mensaje forzado diciendo: «No importa que sea princesa, soy mujer y tengo voz», totalmente innecesario, pero Hollywood quiere dar la nota de que son «políticamente correctos».
Del protagonista mejor lo pasamos de lado porque es uno más y del villano, mejor que lo salteemos, porque es penoso el tratamiento que tiene.
Pasando al Genio, Will Smith con toda su buena onda y carisma, termina comiéndose el personaje y se roba toda la película, siendo todos los personajes a la vez. No supera para nada a la brillante interpretación que le dio el recordado Robin Williams, en la película animada de 1992. No sólo se llevaba la película, sino que también acompañaba a la par a su «amo».
En líneas generales es una película que va a divertir a los más chicos y los introducirá a los clásicos, pero la recomendación de este redactor, a los padres o espectadores, es que vean las películas animadas que tiene mucha más sensibilidad que estas cosas que presentan.
Calificación: Regular.