Alan Luppi, de 22 años, fue condenado en un juicio abreviado por el asesinato de Kevin Aguirre en febrero de 2017, en barrio Ludueña. La pena que recibió fue de 10 años y ocho meses de prisión, tras el proceso homologado este miércoles por el juez Hernán Postma. Una semana antes del homicidio, Luppi había salido de la cárcel de Coronda.
El fiscal de Homicidios Dolosos, Florentino Malaponte, presentó el procedimiento que fue aceptado por la defensa del imputado, que aceptó la comisión de delitos de «homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación ilegal de arma de fuego».
Aguirre murió de un disparo en su espalda el 9 de febrero de 2017. Había mantenido una discusión con Luppi y otro joven, apodado «Huesito», en barrio Ludueña. Según se reconstruyó, se estaba retirando en moto junto con su primo cuando le efectuaron ocho disparos. Uno de ellos le impactó en la espalda y le causó la muerte.
El ahora condenado, aceptó su culpabilidad por el homicidio. Había salido de la cárcel ocho días antes, tras cumplir sus tres años de prisión por un hecho de robo y otro en grado de tentativa.
En la despedida de los restos de Aguirre se registró un incidente que sus deudos denunciaron como violencia policial ya que mientras se trasladaba el cortejo fúnebre, varios móviles policiales se acercaron al lugar. Hubo detonaciones de arma de fuego que los familiares del joven asesinado aseguraron fueron efectuadas por los efectivos.