Por Mario Luzuriaga
Nombre fundamental del rock nacional y uno de los más influyentes a escala continental, Gustavo Cerati construyó una carrera que trajo a la música argentina nuevos modos sonoros, generando desde Soda Stereo, a comienzos de los ’80, y luego en su carrera solista, un pop rock de alta exposición que expresó una nueva estética, más cercana a las formas y las elipsis.
Entre 1982 y 1997, y en compañía del bajista Zeta Bosio y el baterista Charly Alberti, el músico y productor conformó uno de los tríos más potentes de la historia del rock local, que desde el sonido y la propuesta dio vuelta la escena a comienzos de la democracia. Esta banda fue muy querida en toda Latinoamérica y cuando se despidió lo hizo en la Avenida 9 de Julio, en Buenos Aires, con un concierto inolvidable.
Separado del trío, desarrolló luego una ascendente carrera solista que tuvo su fin la noche del 15 de mayo de 2010 en la ciudad de Caracas, cuando luego de un show, en el que estaba presentando su álbum solista “Fuerza Natural”, sufrió ACV isquémico del que nunca se recuperaría.
Aún hoy la figura de Gustavo Cerati sigue siendo homenajeada en conciertos, gracias a tributos. El año pasado se pudo realizar «Séptimo Día», un homenaje a Soda Stereo que lo realizó el aclamado Cirque Du Soleil y se pudo disfrutar en Rosario.