Del 6 al 12 de mayo se realiza la quinta Semana Mundial de Educación Vial de las Naciones Unidas, por lo que desarrollan múltiples actividades para concientizar sobre violencia vial.
Por Pilar Idoate (CLG Radio)
Del 6 al 12 de mayo se realiza la quinta Semana Mundial de Educación Vial de las Naciones Unidas, por lo que desarrollan múltiples actividades para concientizar sobre violencia vial. Ema Cibotti habló en “Con La Gente Radio” (LT8) sobre la problemática que se atraviesa en torno a la violencia vial. Ella es historiadora feminista y activista cívica. Su hijo, Manuel Lischinsky, de 18 años, falleció tras ser atropellado en el Monumento a los Españoles, en el barrio porteño de Palermo, el 14 de mayo de 2006. A raíz de ese lamentable suceso, Ema comenzó a luchar contra la violencia vial. Primero fundó y en la actualidad preside la Asociación Civil Trabajar Contra la Inseguridad Vial y la Violencia con Acciones Sustentables (Activvas), que pertenece a la Alianza Global.
“Es fundamental que cada uno haga su reflexión introspectiva”, comenzó aconsejando Ema Cibotti, la historiadora y activista que desde 2006 se comprometió con las cuestiones relacionadas a la seguridad vial, tras la pérdida de su hijo Manu en un accidente de tránsito.
La Semana Mundial de Educación Vial que plantea la ONU sirve para realizar reflexiones personales para comprometerse con uno mismo y con la ciudadanía. Se realizan eventos y congresos con el fin último de conocer las metodologías de concientización que se aplican con respecto a la seguridad vial en el resto del mundo y las problemáticas más frecuentes. “En Sudáfrica el alcohol es dramático; en Asia el problema es la velocidad y el estado de los vehículos”, comentó Ema tras regresar de las audiencias sobre seguridad vial de la Alianza Global en Grecia, donde conoció a otros familiares de víctimas del mundo con diferentes problemáticas.
La movilidad urbana es un tema complejo. Las posibilidades de movilidad en algunas ciudades a veces son contrarias a la seguridad vial. “La patineta eléctrica es una modalidad que se impone en el mundo y está llegando a la Argentina”, se lamenta, ya que son vehículos que pueden alcanzar velocidades de 25 kilómetros por hora. Los usuarios son personas jóvenes. Si estos circulan sin casco, las lesiones en caso de sufrir una caída pueden ser muy severas.
Otra problemática que se le suma la seguridad vial es el uso de los teléfonos celulares. En todas las ciudades del mundo se están realizando campañas para prevenir el uso de estos en la vía pública. En algunas localidades como Rosario se instalaron semáforos peatonales para que los transeúntes que no levantan la vista del suelo no corran riesgos. Por el uso de los smartphones, ya hay 1.350.000 personas fallecidas y 50 millones de lesionados entre severos y severísimos.
Hay datos incluso más devastadores. Las muertes por accidentes de tránsito anualmente son de 1,35 millón. La principal causa de muerte de niños y jóvenes de 5 a 29 años son las lesiones por accidentes viales. El precio que se paga por la movilidad en el mundo entero es demasiado alto. Hay que saber hasta qué punto la velocidad, por ejemplo, es sinónimo de éxito.
Cuestión de género
Las primeras que estudiaron el vínculo entre violencia vial y violencia de género fueron las españolas. En los hombres que maltrataron y seguidamente asesinaron a mujeres, figuraban antecedentes de violencia vial. Escenas como peleas dentro del auto que culminan con la mujer atropellada, amenazas del tipo “te voy a tirar el auto encima”, se han repetido en todas las sociedades. El auto para una persona agresiva pasa a ser un arma. No lo piensa como vehículo de traslado sino como prolongación de su propia fuerza agresiva. “No todos los violentos al volante son violentos de género”, aclara la historiadora. “Todos los violentos de género estudiados, cuando conducían, eran personas agresivas al volante”, explica.
¿Qué es un violento vial? Una persona que se sienta en el auto y sale muy rápido, frena de golpe; alguien cuya actitud es toda agresiva. Son personas que pueden pelearse con el conductor de otro auto, o tiran el auto encima del peatón que cruza. Estos actores suelen distinguirse a simple vista. Y cuando cuentan con un auto, lo usan como brazo armado. La violencia vial se interpreta muy rápidamente.