La ceguera al color, también llamada deficiencia de visión del color (ECV) o daltonismo, abarca una variedad de causas y afecciones. Por lo general, cuando las personas hablan sobre el daltonismo, se refieren a las formas más comunes de ceguera al color rojo-verde, que son condiciones genéticas, heredadas por hombres y mujeres, causadas por un gen recesivo en el cromosoma X.
Hay tres fotorreceptores en la retina humana sensibles a los colores cuya reacción química y luego la señal eléctrica se interpretan como colores. Los tres conos se denominan conos S, M y L porque son sensibles a las longitudes de onda cortas (S), medias (M) y largas (L) que son visibles para el ojo humano.
«Un 85% de la población tiene percepciones normales en los colores. Los que no tienen percepción normal tienen una alteración en el ADN (polimorfismo genético) que codifica las apoproteínas de los fotopigmentos de los conos de la retina que son los que captan los colores. O sea que es una alteración congénita ligada al cromosoma X. Eso quiere decir que en su mayoría la padecen los varones. Para que la padezcan las mujeres deberían ser ambos padres los que padezcan la alteración», sostuvo en diálogo con este medio Germán Bianchi, médico oftalmólogo (MN 98952).
«El el daltonismo es una enfermedad genética de herencia ligada al cromosoma X. Consiste en la falta de capacidad para discernir los colores, varía desde no poder distinguir cualquier color hasta un grado ligero entre matices de rojo verde y azul», explicó en diálogo con Infobae Laura Taverna, médica oftalmóloga de INEBA.
La ceguera del color rojo-verde se puede dividir en dos tipos principales: Protan («pro-tan»), que es una anomalía de los conos «L», principalmente responsables de ver los colores rojos. Y Deutan («do-tan»), que es una anomalía del tipo de cono «M», principalmente responsable de ver los colores verdes. Esta anomalía tiene un rango considerable, desde un leve cambio o cambio en la sensibilidad roja o verde llamada protanomalía o deuteranomalía, hasta la ausencia completa de uno de los fotopigmentos de cono, llamado protanopia o deuteranopia.
También hay otros tipos de ceguera al color. Por ejemplo, la ceguera al color azul-amarillo, llamada tritanomalía/tritanopia, y condiciones llamadas acromatopsia y monocromacia. Dependiendo de la condición, algunos pueden adquirirse genéticamente o pueden adquirirse más adelante en la vida como resultado de una enfermedad, trauma o incluso de algunos medicamentos, según publicó Infobae.
La alteración de la visión de los colores puede ser congénita o adquirida. Las congénitas son binoculares, simétricas y no cambian en el tiempo y se las detecta con estudios simples en la consulta oftalmológica diaria con test de visión de colores como el Test de Ishihara o el test de Farnsworth-Munsell.
«Uno de los tests obligados se realiza en las consultas pediátricas o en el inicio escolar y es el test de la visión de los colores. Si no se les realiza es difícil distinguir la alteración en la percepción ya que al rojo aunque lo perciban diferente lo aprenden como ese color. Sin embargo, a menudo, los jóvenes daltónicos parecen desalineados porque no combinan los colores de prendas al vestir y casi nunca se ponen las medias iguales».
Existen diferentes alteraciones adquiridas en la vida de las personas causadas por diferentes patologías oculares o medicamentos tomados que pueden afectar la visión de los colores. La patología más común es la opacidad del cristalino también llamada catarata. «Cuando se pone opaco el cristalino, amarillento o amarronado altera la visión de los colores. Por eso los operados de cataratas ven nuevamente la llama del gas de color azul intenso», indicó el especialista.