La amistad no conoce ningún tipo de barrare, ni siquiera las de las especies. Este dúo son una viva muestra de que es así. La escena entre el chimpancé y el perro es un derroche de ternura.
Caricias, abrazos, mimos y todo lo que quieran. El pequeño mono no tiene ningún tipo de temor en demostrar su afecto por el can. Una sobredosis de amor que puede derretir el corazón de cualquiera.
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