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Supercopa Argentina

Central falló en los penales y se quedó en las puertas de un nuevo título


Boca, que había sido más en los 90 minutos, ganó la serie desde los doce pasos por 6 a 5, luego de que fallara Fabián Rinaudo

Boca es el nuevo campeón de la Supercopa Argentina. El xeneize ganó el partido desde los doce pasos, luego de haber igualado con Central en los 90 minutos por 0 a 0. El Canalla fue mucho menos que su rival, sobre todo en el segundo tiempo, y hasta se salvó de milagro con tres tiros en los palos. Fabián Rinaudo fue quien falló en los penales, tras una serie muy reñida. El encuentro, que fue dirigido por Fernando Rapallini, se jugó en el Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza.

El trámite del cotejo fue claro en el inicio: el equipo de Cocca se refugió en su campo, combatiendo en la mitad de la cancha y aguardando a salir de contragolpe con la velocidad de Maximiliano Lovera y Claudio Riaño. Por su parte, el conjunto de Alfaro presionó la salida canalla y buscó crear juego por las bandas, aunque nunca logró hacerlo con claridad.

Los primeros avances llegaron a través de la pelota detenida. Emmanuel Más tuvo una chance de cabeza pero el esférico se fue a unos metros del palo izquierdo que defendía Jeremías Ledesma.

En uno de los envíos, Alfonso Parot sufrió un corte en su cara y debió salir del campo por unos minutos.

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Pasados los primeros 20 minutos, Central comenzó a adelantarse en el campo gracias a un Lovera imparable, aunque sin tanto apoyo de sus compañeros.

Así fue que llegó la oportunidad más clara de la noche para el Canalla. Rodrigo Villagra sacó un potente remate de media distancia que fue enviado al córner de manera brillante por el arquero xeneize, Esteban Andrada.

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Para contrarrestar el aluvión del equipo rosarino, Sebastián Villa comenzó a desequilibrar por la banda derecha. En una de sus intervenciones, quedó mano a mano con Ledesma tras filtrarse por el sector de Parot. El arquero auriazul tapó con su pie y luego por muy poco no ingresó el balón tras rebotarle nuevamente a Villa.

Las diferencias entre ambos equipos al término del primer tiempo no fue la que se esperaba en la previa, sobre todo por la calidad de los futbolistas de Boca. Central le jugó de igual a igual y se animó a atacarlo.

Si bien no hubo un gran volumen de juego por parte de ambos equipos, reinó la intensidad y la fricción, factores característicos de una final.

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En los primeros minutos del segundo tiempo el desarrollo fue similar al de los primeros 45 minutos, con mucha paridad en la mitad del campo.

A los 16, Boca volvió a llevar peligro gracias a su mejor jugador, el colombiano Villa. En este caso, superó con facilidad a Barbieri y remató al arco, pero encontró bien parado a Ledesma.

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Cerca de los 20, Cocca movió el banco y mandó a la cancha a Fernando Zampedri en lugar de Claudio Riaño, debido al esfuerzo físico que hizo el delantero mientras estuvo en el campo. Más tarde, ingresó Joaquín Pereyra por Rodrigo Villagra.

Llegados los 25 minutos, Boca se convirtió en claro dominador del juego. Central empezó a mostrar desatenciones en defensa y no pudo mantener el ritmo que plasmado en el primer tiempo, producto de un notorio cansancio físico.

A partir de una mejoría en la conexión de sus volantes, Nahitán Nández tuvo una oportunidad muy clara para marcar, pero su remate se fue increíblemente por arriba de Ledesma.

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Más tarde, se produjo un milagro en el arco del equipo rosarino. Los dirigidos por Alfaro tuvieron tres jugadas muy claras en un mismo ataque. El primero fue Darío Benedetto, tras un centro de Villa, pero su cabezazo obligó a una clara y gran respuesta de Ledesma, a una mano.

La jugada siguió y Pavón sacó el zurdazo, que dio en el travesaño y picó ¿adentro? En la vorágine, la pelota volvió a un jugador de Boca. Se trataba de Benedetto, quien desde el piso sacó un nuevo remate que dio en el palo y salió.

De inmediato, a los 40, el Pipa tuvo otra chance clarísima de cabeza. Y la suerte siguió estando del lado rosarino: otra vez el palo le dijo que no a Boca, tras un cabezazo de Nández. Así, el partido finalizó igualado en cero y todo pasó a definirse en los penales.

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Desde los doce pasos, la serie fue muy pareja. En Central marcaron los primeros cinco que ejecutaron (Ortigoza, Gil, Parot, Zampedri y Caruzzo), al igual que en Boca (Benedetto, Tevez, Pavón, Villa y Buffarini). Cuando llegó el turno del sexto, Esteban Andrada le contuvo el remate a Fabián Rinaudo. Luego, Carlos Izquierdoz se encargó de definir y Boca se convirtió en el nuevo campeón de la Supercopa Argentina.

La final que disputó Central fue más que digna, por encima de lo que se esperaba, comprendiendo las diferencias y el presente de ambos planteles. Cocca hizo un buen planteo, con un equipo corto que supo contener a su rival y hasta lo incomodó en el primer tiempo. En el complemento, pasó lo esperado: el Canalla se cayó en lo físico (el gran flajelo de toda la temporada) y a partir de allí creció el dominio xeneize. Si bien quedará grabada la imagen de los tres palos, los jugadores auriauzules no tienen nada para reprocharse.

Quedará el sabor amargo de haber estado a un penal de alzar un nuevo título, algo que no le sucede con frecuencia a los equipos de la ciudad. A partir de este momento, la comisión directiva, el cuerpo técnico y los jugadores deberán empezar a trabajar en conjunto, aprovechando las bases creadas en los últimos partidos de la temporada, para mantener la categoría en la primera división del fútbol argentino.

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