Un conflicto judicial terminó con el cierre de una histórica panadería en la ciudad de Santa Fe, dejando a 23 trabajadores sin su fuente laboral
Tras seis años de litigio judicial entre las familias herederas luego de la muerte de los dos socios propietarios de la panadería y confitería 9 de Julio, este lunes el tradicional negocio ubicado en bulevar Gálvez al 2300 amaneció con las persianas bajas después de 96 años.
En declaraciones a LT9, Paola Maidana, hija de uno de los dueños, contó: «La sociedad estaba conformada por dos socios que más que socios eran amigos. Cuando falleció uno de ellos, Rubén Sabena, el restante, mi papá, había tenido un accidente cerebro vascular. Desde ahí lo administramos con los herederos de ese socio».
«Desde 2013 estamos en litigio con ellos. Hemos hecho todo para llegar a un acuerdo al que nunca se llegó», se lamentó, según reproduce el portal de LT9.
«Aprovecho esto para agradecer a los proveedores y sobre todo a los empleados porque se han puesto la camiseta de una forma que no es muy común. Hace dos meses que ellos saben que íbamos a vender el inmueble y que íbamos a terminar con su fuente de trabajo. Así y todo hace dos meses ellos vienen trabajando como lo hicieron durante todos estos años», agregó.
Según contó Maidana, quien es contadora, dijo que en un principio eran 40 empleados. Pero que luego del conflicto judicial se fueron achicando hasta llegar a los actuales 23 trabajadores.
Según la hija de uno de los ex dueños, «los empleados son muy buena gente. No nos cabe la menor duda que van a reinsertarse, a pesar de que la situación del país no acompaña».