Por Alejandro Maidana
Una y otra vez, casi de manera cíclica y perversa, debemos hablar de muertes obreras en grandes empresas cerealeras. Parece ser que las cifras siderales que amasan minuto a minuto no merecen ser invertidas en seguridad e higiene, de igual manera el trabajador seguirá cumpliendo a rajatabla con su compromiso.
Una verdadera encerrona, en donde la tercerización, el abandono y la desidia, forman un coctel mortal para aquellos que increíblemente deben exponer su vida para poder perseguir un sueldo. Lo sucedido en la empresa china Cofco, ex Nidera, no hizo otra cosa que agravar aún más la situación por la que atraviesan las grandes empresas ancladas en nuestro país en torno a los controles e inversión en seguridad.
La muerte de Domingo Giménez, un trabajador de 61 años, y un importante número de heridos graves, no hizo otra cosa que abrir nuevamente un debate que jamás debió haberse apagado.
Para conocer en detalles el trabajo que se realiza dentro de estos verdaderos monstruos agroexportadores, Con la Gente y EQC dialogaron con Sergio Díaz, miembro del Sindicato de Aceiteros de Rosario.
“Esta empresa tuvo durante todo el año graves problemas de seguridad. Por ejemplo, hace 3 meses que está ardiendo mercadería en una celda, cundo sucede esto se lleva adelante un ardido controlado, aislarlo para que el resto no corra riesgo. Lo que sucedió este miércoles en Puerto San Martín, fuer producto que seguramente una chispa ha viajado por algunos de los túneles y al encontrarse con la combinación de polvillo en suspensión, partículas de aceite y alcohol, produjeron esta impactante explosión”, relató Díaz.
Sobre la magnitud de lo sucedido, el gremialista fue tajante: “Las explosiones en estas fabricas son bestiales, podemos compararlas con un bombardeo, ya que hay maquinarias que han volado al menos 100 metros. La falta de condiciones mínimas en torno a la seguridad e higiene, son absolutas. Lamentablemente el número de trabajadores tercerizados es impotente, los mismos cumplen llevan adelante su trabajo con niveles paupérrimos de seguridad, la perversidad de verse obligados a conservar sus puestos en detrimento de su integridad física es muy doloroso”.
Estas empresas facturan millones de dólares, pero eso no tuerce el rumbo de la explotación, algo que se palpa a cada paso, “las empresas como Cofco, trabajan con personal tercerizado y en condiciones infrahumanas. Lamentablemente el sindicato de esa región, que debe velar por la vida de sus laburantes no pudo reflejar en la acción el combate contra las pésimas condiciones de trabajo de aquellos que se desempeñan en Puerto San Martín, San Lorenzo y Timbues. Los volúmenes que manejan estas empresas cerealeras son enormes, imaginate que en los picos mas altos de producción el número de camiones que llegan a la planta a descargar oscila entre 800 y 1200. A esto hay que traducirlo a 30 toneladas por camión, realmente son ganancias imponentes”, expresó el trabajador aceitero.
“La reforma laboral que intentan establecer, tiene su anclaje en tratar de sostener la tercerización como algo crónico. Este nefasto regalo de los 90, al día de hoy aun conserva la solidaridad en torno a lo civil y penal, eso se perdería por completo. Otra de las figuras perversas que busca implementar este gobierno, es la de un pseudo trabajador autónomo, es decir que en lugar de contar con un gremio que luche de manera colectiva en pos de un buena paritaria, deberá hacerlo solo año tras año con un monstruo de esta envergadura”, concluyó Sergio Díaz.
Números que impactan
Germán Mangione es periodista, maneja de manera impecable los números que arrojan estas gigantescas multinacionales cerealeras del cordón industrial santafesino. Consultado por Con la Gente y EQC sostuvo: “En 2016 el grupo COFCO, que en Argentina adquirió las empresas cerealeras Noble y Nidera (ambas con puertos propios), fue el segundo grupo agroexportador en ventas con 48.499 millones de pesos, detrás solo de la estadounidense Cargill”.
“Un dato para entender cómo se posiciona hoy el gigante chino en nuestro país es la proyección de la última década. Si bien todavía se encuentra en el segundo puesto, detrás de la estadounidense Cargill, si se analizan los números de los últimos 5 años, mientras esta última duplicó sus ventas, Cofco creció 10 veces a fuerza de compras y fusiones”, indicó Mangione.
Impactante por donde se lo mire, cuesta creer que con estos números no se pueda invertir en seguridad y en contratos laborales sólidos.
Sobre los accidentes que se vienen sucediendo de manera sostenida en Cofco y en otras empresas de similares características, el investigador fue contundente: “En contraposición con su crecimiento y buenos resultados económicos, Cofco también integra el podio de las empresas con más accidentes y víctimas fatales en todo el complejo agroexportador. De hecho, el incendio que hasta ahora se llevó la vida de un operario de la planta que la empresa compró a Nidera en Puerto San Martín, no es un episodio aislado. En agosto se incendió una máquina enfriadora de harina y al mes siguiente otra en la zona de descarga que Cofco tiene en Timbúes. Tampoco hay que olvidar que en diciembre del año pasado Gustavo López de 19 años moría aplastado por un alud de soja mientras realizaba trabajos de limpieza en una celda de acopio de la empresa”.
Por último, quien sumo su voz, fue el diputado provincial del FSP Carlos del Frade, alguien que no se despegó jamás de estos temas tan preocupantes, “Nidera vendió por 30.121 millones de pesos durante el año pasado y fue la empresa número 34 entre las mil que más facturaron en la Argentina. 83 millones de pesos diarios; 3 millones y medio de pesos por hora; 58.103 pesos cada sesenta segundos. Demasiado dinero para no invertir en higiene y seguridad industrial. Domingo Giménez no debió morir, no fue un accidente, se pudo prevenir”, dijo el legislador.