Por Dra. Gabriela Manonelles (*)
Desde el año 2003, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) designó al 28 de abril como el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), promueven el trabajo seguro, saludable y decente y además rinden homenaje a las víctimas de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales.
Según estimaciones de la OIT, cada año mueren más de 2,3 millones de mujeres y hombres a causa de lesiones o enfermedades en el trabajo en el mundo. Más de 350.000 muertes son causadas por accidentes y casi 2 millones son provocadas por enfermedades vinculadas con el trabajo. La Organización afirma también que anualmente ocurren 160 millones de casos de enfermedades relacionadas con el trabajo. Estas estimaciones significan que, en el mundo, diariamente alrededor de 6.400 personas mueren por accidentes o enfermedades del trabajo y 860.000 sufren lesiones en el ámbito laboral.
Prácticamente todos los países de América, pese a su extraordinaria diversidad, se enfrentan a ciertas problemáticas, tales como insuficiencia grave o sistemática de personal sanitario, falta de relación entre la oferta y el mercado laboral, condiciones precarias de trabajo, escasa motivación, ineficiencia en la asignación de los recursos, desequilibrios profundos en la composición y distribución de la fuerza laboral, entre otros. La problemática se agrava si se analiza desde la perspectiva de género, que coloca a las mujeres ante barreras sociales, inequidad, discriminación, trabajo precarizado e ilegalidad.
En Argentina lamentablemente existe bajo reconocimiento y subregistro de notificación de las enfermedades profesionales y laborales. Como consecuencia, se dificulta poder dar un diagnóstico certero del tema ¿será que los trabajadores argentinos no se enferman?.
Algunas causas que se han detectado relacionadas con el subregistro en nuestro país tienen que ver con:
* Sistema de Riesgos del Trabajo privatizado: cuanto mayor reconocimiento de daño menor ganancia.
* Síntomas inespecíficos de las enfermedades laborales.
* Periodos de latencia prolongados.
* Falta de conocimiento de los agentes sobre la exposición laboral.
* Trabajo informal in crescendo, especialmente en las mujeres trabajadoras.
* Políticas de Estado y organismos de control insuficientes.
* Escaso reconocimiento de las enfermedades por parte de las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo.
Si bien contamos con un Observatorio de Enfermedades y/o accidentes laborales, el mismo fue creado recién en el año 2017 por tanto los datos están aún en proceso de análisis para futuras investigaciones.
Ahora bien, ¿cuál sería el escenario ideal? Es fundamental contar con registros de vigilancia, tanto nacionales y/o provinciales, también con políticas que incluyan los controles de la población post expuesta a determinadas noxas. Para ello, es necesaria la participación conjunta de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) y otras instituciones del Estado Nacional, como por ejemplo el Ministerio de Salud o el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE).
En lo que respecta a muertes por accidente de trabajo, en estos últimos años la cifra ha aumentado. La ausencia de legislación nacional específica que permita la creación de delegados de prevención y comités mixtos de salud y seguridad, sumada a las laxas medidas preventivas laborales y a los incompletos exámenes de salud periódicos generó un panorama en donde la prevención de riesgos laborales en los lugares de trabajo está cada vez más ausente.
La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria sostiene la importancia de recordar que los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales se pueden evitar y que aun así cuando ocurren es esencial aprender de ello. Esto permitirá que tanto trabajadores como empresarios tomen medidas preventivas para mejorar las condiciones de trabajo, al tiempo que reducirá el número de incidentes. Es decir, difundiendo los riesgos a los que se expone un trabajador, cumpliendo las normas de seguridad laboral, efectuando correctos controles médicos y ambientales a fin de detectar patologías en forma temprana, como la tuberculosis, silicosis, asma, EPOC, alveolitis, fibrosis y cáncer ocupacional, que son enfermedades absolutamente prevenibles.
(*) Médica Neumonóloga y Coordinadora de la Sección Enfermedades Ocupacionales de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.