El papa Francisco reclamó hoy «medidas concretas» para resolver la crisis en Venezuela, donde remarcó que hay una «crisis que continúa y se agrava», además de pedir por los que sufren «situaciones económicas difíciles» en América latina, durante su bendición de Pascua, en la que también se refirió a los conflictos que preocupan a la Santa Sede, como Siria y Libia.
«Que la alegría de la Resurrección llene los corazones de todos los que en el continente americano sufren las consecuencias de situaciones políticas y económicas difíciles», planteó el pontífice al dar la bendición «Urbi et Orbi» desde la Basílica de San Pedro.
Al presidir la celebración que cierra su séptima Pascua como Papa, Jorge Bergoglio agregó: «Pienso en particular en el pueblo venezolano: en tantas personas carentes de las condiciones mínimas para llevar una vida digna y segura, debido a una crisis que continúa y se agrava».
«Que el Señor conceda a quienes tienen responsabilidades políticas trabajar para poner fin a las injusticias sociales, a los abusos y a la violencia, y para tomar medidas concretas que permitan sanar las divisiones y dar a la población la ayuda que necesita», remarcó frente a más de 60.000 personas que se congregaron para escuchar sus palabras, según las estimaciones del Vaticano.
El pontífice también se refirió a la situación en Nicaragua y pidió «que el Señor resucitado ilumine los esfuerzos que se están realizando» en ese país «para encontrar lo antes posible una solución pacífica y negociada en beneficio de todos los
nicaragüenses».
Durante su mensaje, y tras celebrar la misa en la basílica vaticana, Bergoglio se refirió además a los principales conflictos mundiales que preocupan al Vaticano.
En esa línea, pidió «esperanza para el amado pueblo sirio, víctima de un conflicto que continúa y amenaza con hacernos caer en la resignación e incluso en la indiferencia».
«En cambio, es hora de renovar el compromiso a favor de una solución política que responda a las justas aspiraciones de libertad, de paz y de justicia, aborde la crisis humanitaria y favorezca el regreso seguro de las personas desplazadas, así como de los que se han refugiado en países vecinos, especialmente en el Líbano y en Jordania», expresó.
«La Pascua nos lleva a dirigir la mirada a Oriente Medio, desgarrado por continuas divisiones y tensiones. Que los cristianos de la región no dejen de dar testimonio con paciente perseverancia del Señor resucitado y de la victoria de la vida sobre la muerte», reclamó luego.
En ese marco, renovó sus pedidos por los conflictos entre Israel y Palestina, y en Yemen.
Francisco pidió además por Libia, «donde en las últimas semanas personas indefensas vuelven a morir y muchas familias se ven obligadas a abandonar sus hogares».
«Insto a las partes implicadas a que elijan el diálogo en lugar de la opresión, evitando que se abran de nuevo las heridas provocadas por una década de conflicto e inestabilidad política», planteó.
Durante su mensaje, pidió además por el «amado continente africano, lleno todavía de tensiones sociales, conflictos y, a veces, extremismos violentos que dejan inseguridad, destrucción y muerte, especialmente en Burkina Faso, Mali, Níger, Nigeria y Camerún», además de referirse a Sudán y Sudán del Sur.
El papa también manifestó hoy su «tristeza» por los atentados que dejaron hasta el momento casi 190 muertos en Sri Lanka y lamentó la «cruel violencia» que simbolizaron los ataques. «Me enteré con tristeza la noticia de los graves ataques que, justo hoy, día de Pascua, trajeron luto y dolor a algunas iglesias y otros lugares de reunión de Sri Lanka», planteó el pontífice tras celebrar la bendición pascual en la Basílica de San Pedro.
En ese marco, agregó: «Deseo manifestar mi afectuosa cercanía a la comunidad cristiana, golpeada mientras estaba reunida en oración, y a todas las víctimas de una violencia así cruel». «Confío al Señor a todos los que murieron trágicamente, y rezo por los heridos y por todos los que sufren a causa de este dramático evento», concluyó Francisco desde el balcón central de la basílica vaticana.