En su décimo cuarto año consecutivo, el Arzobispado de Rosario realizó el ya famoso Vía Crucis personalizado en el Monumento Nacional a la Bandera. Unas 500 personas dijeron presente en el acto que retrató el camino de resurrección de Jesucristo.
Más de 250 actores en escena personificaron los últimos días de Jesús antes de la resurrección en el domingo de Pascuas. El público, apostado en los costados del Monumento, siguió de cerca esta celebración católica.
En diálogo con CLG, Pablo, padre del Movimiento Evangelio de Caná y encargado de la realización del evento, comentó: “Como hace muchos años venimos realizando, personificamos el Vía Crucis, comenzamos desde la última cena, recordando el gran momento donde Jesús nos deja el mandamiento del amor, institución de la eucaristía”.
El sacerdote expresó: “Le pedimos a la gente que entremos juntos a un momento profundo de oración, de reflexión, para que podamos acercarnos a la fiestas de la pascua con un corazón distinto, nuevo y pleno”.
Haciendo referencia a lo que significa la resurrección para estas fechas, el sacerdote de la Iglesia San Pantaleón manifestó que en Argentina «tiene que resucitar algo que hemos perdido, que es el amor, el amor verdadero”, y agregó: “Siempre fuimos un pueblo que nos quisimos, donde no había grietas, donde nos sentábamos unos con otros a tomar mates, sin divisiones de clases, de religión, de nada, nos queríamos entre todos”.
En tanto, Roberto, uno de los actores colaboradores del Vía Crucis personalizado señaló: “Hace 14 años que comenzamos con dos cajones de Coca Cola y un tablón en la Plaza Pringles, fuimos creciendo de a poquito hasta llegar a este evento”.
Roberto aseguró que lo que debe resucitar en la Argentina es «el amor, el darnos al otro, en olvidarnos de nosotros mismos, en buscar el bien de otros, que nos está faltando». Y concluyó: «Necesitamos unirnos».