El vicepresidente de la Unión Cívica Radical, Federico Storani, criticó la «falta de espontaneidad» que tuvo el gobierno para comunicar las medidas económicas con las que busca frenar la inflación, y advirtió que «es difícil que tengan un efecto positivo».
«Me parece que responde al estilo del PRO. No hubo espontaneidad», dijo Storani, y agregó: «Ojalá que traigan alivio, pero, como dicen los economistas, cuando se quiebra la confianza es difícil que las medidas tengan un efecto positivo», en diálogo con radio Cooperativa.
«Muchos de nosotros advertimos que estas medidas deberían haberse tomado con anterioridad. Hoy la credibilidad es baja», detalló. «Además, es contradictorio, porque que no hay convicción del Gobierno en estas medidas. El informe del jefe de Gabinete (Marcos Peña), la semana pasada, cuestionó el control de precios y dijo que eran medidas ineficaces», aseguró el dirigente histórico de la UCR.
Storani integra el grupo de dirigentes radicales que impulsan la posibilidad de competir en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de Cambiemos presentando un precandidato propio que enfrente al presidente Mauricio Macri, que irá por su reelección.
En el marco de la tensión que esta postura generó entre los denominados «radicales rebeldes» y el PRO, el martes pasado Storani se fotografió con el economista Roberto Lavagna, quien hace campaña aún sin definir si será uno de los preandidatos a presidente que dará pelea en octubre. Formaron parte de esa foto además el ex diputado nacional radical Ricardo Alfonsín y la líder del GEN, Margarita Stolbizer.
«Supongamos que Macri gana en segunda vuelta, las condiciones de gobernabilidad serán extremadamente difíciles, con una minoría más marcada; el Gobierno no va a gozar de la luna de miel que tuvo en 2015», manifestó Strorani, y señaló: «Creo que profundizar la grieta fue el error más grave que ha cometido el Gobierno».
«El mundo está en un proceso de proteccionismo, como el caso del Brexit en el Reino Unido, las políticas de Trump; por lo tanto, pretender que exista una lluvia de inversiones y que las recetas neoliberales pudieran tener alguna eficacia era anacrónico», cerró.