Central volvió a recibir un aplazo. Y esta historia se ha hecho una costumbre. Esta vez el que se aprovechó del pésimo momento que atraviesa el Canalla fue Aldosivi, que con poco le ganó con justicia en el Gigante de Arroyito por el encuentro de ida de la Copa de la Superliga.
A la hora de analizar la actuación individual, nuevamente Jeremías Ledesma se salvó del aplazo. El arquero fue clave en el primer tiempo para mantener con vida a los de Cocca con atajadas increíbles ante Chávez, Yeri e Iritier, mientras que fue involuntario el gol que puso en ventaja a los marplatenses pues el balón le dio en la espalda tras rebotar en el palo. En el complemento le tapó un mano a mano a Yeri y en el gol de Videla estaba solo.
La defensa volvió a decepcionar. Molina marcó mal y jamás pasó al ataque; Caruzzo se equivocó más de la cuenta; el pibe Almada la pasó mal con Chávez y Parot intentó pero nunca pudo lastimar en ataque.
Una aduena libre volvió a ser el mediocampo auriazul. Rinaudo puso sacrificio y voluntad, pero no alcanzó; Ortigoza pasó desapercibido y parece que Central juega con uno menos; Camacho intentó pero no hizo nada, mientras que en el arranque del complemento se fue desgarrado; Lovera apenas aportó un enganche y luego fue un mar de malas decisiones.
Y los delanteros. Ausentes. Vergara no hizo nada y Zampedri jugó de espaldas y lejos del arco. Así, imposible…
Germán Herrera, ovacionado por los hinchas a los 17 minutos debido a que se retirará del fútbol a mitad de año, buscó pero nada pudo hacer; Jonás Aguirre fue el más incisivo pues tuvo la chance más clara con un zurdazo que le tapó Pocrnjic; y el pibe Rizzi jugó dos minutos.
¿Cocca? El gran responsable. Su equipo no juega nada y generó que el público se ponga cada día más impaciente. Así, salir de este pozo pinta como una misión imposible.