El grupo yihadista Estado Islámico (EI) se atribuyó la autoría del atentado ocurrido ayer y que costó la vida a 20 personas, casi la mitad de ellas pertenecientes a la minoría chiita hazara, en un mercado de la ciudad de Quetta, en el oeste de Pakistán.
El ataque fue llevado a cabo por un suicida que hizo explotar el artefacto en medio de un grupo de «renegados», en referencia a los chiíes, según la agencia Amaq.
Los extremistas difundieron además en la red social Telegram una fotografía del atacante, identificado como Ozman al Balushy, pertrechado con un chaleco explosivo y un AK47, con la cara cubierta y haciendo el símbolo de la victoria con los dedos.
El atentado ocurrió en la zona de Hazarganji de la insegura ciudad de Quetta, cuando numerosas personas se encontraban en el mercado de compras. En el lugar, la Policía informó que un artefacto de fabricación casera estaba escondido en una bolsa de papas y no había sido obra de un suicida, como afirma ahora Amaq.
El inspector general adjunto de la localidad, Abdul Razzaq Cheema, también consideró probable que se tratara de un ataque dirigido contra esta minoría, que suele acudir a diario al mercado con escolta policial desde las zonas fuertemente protegidas donde viven.
Pero Ziaullah Langove, ministro de Interior de la provincia de Baluchistán, donde ocurrió el atentado, rechazó la versión de que los hazaras fueran el objetivo del ataque, informó la agencia EFE.
Los hazaras son una minoría étnica originaria del centro de Asia que suele sufrir los ataques sectarios de grupos integristas de la mayoría musulmana suní.
Quetta es una de las localidades más conflictivas de Pakistán, donde coexisten grupos armados separatistas, facciones talibanes y grupos yihadistas.