Islandia es uno de los países del mundo con mayor cantidad de problemas en deforestación. Por esto, en el último tiempo las autoridades han tomado cartas en el asunto y trabajan con paciencia para recuperar los bosques perdidos.
En el siglo IX, cuando los vikingos llegaron por primera vez a esas tierras, el 40% de la misma estaba cubierta por bosques que se fueron destruyendo. Con la intención de obtener combustible y ganar espacio para el pastoreo, los colonos fueron talando esos árboles. La erosión por el pastoreo excesivo y los fenómenos volcánicos fueron claves en la deforestación.
Actualmente, el Servicio Forestal de Islandia trabaja en conjunto con agricultores y sociedades locales para recuperar y regenerar lo que se perdió hace varios siglos. «Ver el bosque creciendo, ver que realmente estamos haciendo algo bueno es algo muy gratificante», aseguró el directo del SF, Þröstur Eysteinsson.
En el país hay un sólo árbol nativo que construye bosques, el abedul vellos. En este proceso que llevan adelante las autoridades, se han ido introduciendo especies arbóreas no nativas y adaptadas localmente, la mayoría provenientes de Alaska. Estos nuevos bosques mixtos están «creciendo mejor de lo que nadie jamás pensó», según Þröstur.
El objetivo de este trabajo es que para 2100, la cubierta forestal de Islandia pase del 2% actual al 12%. Para ello, la incorporación de árboles no nativos es fundamental.