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Por una Pascua diferente: organizan colecta de huevos y chocolates para un merendero


La copa de leche Ojitos Felices, de Villa Gobernador Gálvez, vuelve a emprender una ayuda solidaria para más de 270 chicos

La solidaridad vuelve a decir presente en Villa Gobernador Gálvez. Los barrios populares son los más golpeados por la crisis y tanto las copas de leche como los comedores albergan a cada vez más cantidad de personas en situaciones precarias. Ojitos Felices, de la vecina localidad, organiza una colecta de huevos y chocolates para que los niños que asisten allí pasen una Pascua diferente.

Con amor, compromiso y mucha pasión, quienes trabajan para que el merendero funcione realizan cinco grandes colectas al año para ayudar a los chicos en varios ámbitos: juntan ropa, mochilas con útiles escolares, comida y regalos. La idea es colaborar y cubrir, al menos en un cierto porcentaje, sus necesidades básicas.

CLG dialogó con María Angélica Maccagno, una de las personas que está al frente del merendero, quien explicó que “hay varios puntos estratégicos para que las personas que puedan ayudar dejen sus donaciones. Aceptamos huevos, chocolates, conejitos… lo que puedan acercar. Todo nos viene bien”.

“Actualmente a Ojitos Felices asisten 270 chicos. La idea es que puedan pasar una Pascua con un huevo o un chocolate. Lamentablemente los precios son muy altos y se complica mucho para nosotros”, apuntó.

Los puntos para acercar las donaciones para Pascua son los siguientes:

  • Paraguay 777 piso 10, de 8 a 19 y de lunes a viernes.

  • Rioja 3447. Casa. Lunes, martes, jueves y viernes, de 8 a 14.

  • Montevideo al 1700. Lunes a viernes de 9 a 14. Coordinar antes al 0341-155797613.

  • 9 de Julio 1940 3ºB, de 9 a 18.

  • Hospital Centenario. Urquiza 3001. Sala 10 de Otorrino, de 6 a 11.

  • Pedro Lino Funes 825 (Mendoza al 5600). Coordinar antes al 0341-5383 5292.

  • España 889, piso 3, de 9 a 19.

Sobre la historia del centro barrial, relató: “Lo nuestro empezó como una copa de leche hace unos ocho años, y desde hace un poco más de tres trabajamos como merendero. Tenemos a 270 chicos anotados, y para ellos es que pensamos todas las colectas anuales”, indicó Maccagno.

Asimismo, añadió: “En lo que es el comedor, se cocina tres veces por semana y pasan a retirar su porción de comida unas 300 personas, que no son sólo chicos”, lo que habla de la dura realidad que se vive.

“Es todo muy precario. Uno los ve sufrir y lo padece. Las necesidades básicas que todos los chicos tendrían que tener cubiertas, ellos no las tienen. Estamos hablando de salud, alimentación y hasta incluso, en algunos casos, la disponibilidad de los padres. Es muy duro verlos tan desprotegidos. Por eso nuestro compromiso se renueva siempre”, sintetizó.