La alianza opositora del ex comandante del Ejército israelí Benny Gantz se impuso este martes en las elecciones generales con 37 bancas de las 120 del Parlamento, mientras que el actual primer ministro Benjamin Netanyahu lo sigue con 35 asientos y con la posibilidad de conseguir la mayoría absoluta necesaria para formar gobierno con sus aliados, según un promedio de los tres sondeos de boca de urna difundidos por canales de TV.
Según este promedio, Netanyahu y las fuerzas ultranacionalistas y ortodoxas que lo apoyan sumarían 62 bancas, un número suficiente para controlar la Knesset (parlamento) y, por lo tanto, formar el próximo gobierno, informó el portal del diario local Haaretz. Cada encuesta de boca de urna fue realizada por un canal de televisión distinto.
El Canal 11 ubicó a la coalición Azul y Blanca liderada por Gantz, por el ex periodista y ex ministro de Netanyahu, Yair Lapid, y por otro ex comandante de las fuerzas armadas y ex ministro del actual premier, Moshe Yaalon, por encima, pero apenas por una banca.
Para este boca de urna, Netanyahu y el llamado bloque de derecha conseguiría una mayoría de 64 bancas, tres más de las necesarias para controlar el parlamento.
El Canal 12 es el que le dio más ventaja a Gantz y su coalición. Sus cálculos estimaron que el líder opositor obtendrá 37 bancas, frente a 33 del partido de Netanyahu, el Likud.
En este caso, Netanyahu y sus aliados ultranacionalistas y ortodoxos sumarían solo 60 bancas, lo que significa que no llegarían a la mayoría de 61 diputados necesaria para formar gobierno.
Finalmente, el último sondeo de boca de urna, el del Canal 13, otorgó a la coalición de Gantz y al Likud un empate, con 36 bancas cada uno, y anticipó que el premier y sus aliados conseguirían una amplia mayoría de 67 diputados.
Pese a que los resultados parecen beneficiar a Netanyahu y sus socios, los seguidores de Gantz festejaron la publicación de estos primeros resultados de boca de urna en el bunker de la coalición opositora y aún no descartan la posibilidad de formar gobierno, aunque deban romper el llamado bloque de derecha.