Por José Odisio
Dirigentes y opositores parecen entender el momento. Habrá diferencias insalvables en sus ideas, incluso enfrentamientos personales. Pero Newell’s atraviesa un momento de crisis donde necesita de todos. El descenso asusta a cualquiera, y transitar la próxima temporada con conflictos externos, sin que todos tiren para el mismo lado, suena egoísta.
El fideicomiso para traer refuerzos es una buena idea. Y surgió de la oposición. Esta vez la dirigencia aceptó el juego. Y acercó la propuesta al juez Bellizia. Nadie duda que Newell’s necesita plata para reforzarse bien. Y conseguir dos millones de dólares sería un buen espaldarazo. Mucho más si el juez está de acuerdo. Ahora dependerá de oficialismo y oposición no tener miradas mezquinas. Y así hacerle entender a los que puedan apoyar con dinero que es el momento de hacerlo.
Acertar o fallar con los refuerzos será responsabilidad de los directivos. El que ponga la plata deberá saber que no lo llamarán por teléfono para ver si está de acuerdo o no con la elección. El próximo entrenador cargará con esa cruz. Y en su acierto puede estar la diferencia entre sufrir con los promedios y conseguir liberarse rápido.
Y ahí hay otro punto donde el acierto puede valer más que el dinero: la elección del DT. Esta vez no hay margen para probar, y si bien nadie garantiza éxito, hay nombres que son más confiables. No será fácil convencerlos. Pero hay que hacer el esfuerzo. Y si desde afuera se ve que hay apoyo de todos (aunque sea transitorio) tal vez sea menos complicado.