El presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Reinhard Grindel, anunció este martes su renuncia por haber aceptado como regalo un reloj de 6.000 euros (6.700 dólares) por parte del ucraniano Hryhoriy Surkis, vicepresidente de la UEFA.
«Estoy profundamente afectado por tener que dejar mi puesto como presidente de la DFB por un asunto así«, señaló Grindel, de 57 años, en un comunicado en el que admitió haber recibido el lujoso regalo.
«No ofrecí ninguna contrapartida por este regalo. Asumí que estaba autorizado a aceptar el reloj como un regalo privado», añadió, precisando que el vicepresidente de la UEFA Grigoriy Surkis «no tenía ningún interés económico con la DFB». «Todos los que me conocen saben que no soy codicioso. No conocía la marca del reloj ni tenía idea de su valor», subrayó.
El diario Bild publicó el lunes que Grindel había recibido este reloj por su cumpleaños hace un año y medio. Este capítulo se une a una serie de controversias en los últimos meses, sobre todo referentes a su gestión del equipo nacional, eliminado en la primera fase del Mundial 2018 y salpicado por el escándalo de los jugadores de origen turco, Mesut Ozil e Ilkay Gundogan, señalados por hacerse una foto con el presidente otomano Recep Tayyip Erdogan.
El semanario Der Spiegel informó el viernes que Grindel había recibdo de manera secreta 78.000 euros entre 2016 y 2017 por parte de una instancia de la DFB dedicada a los medios. La DFB respondió en un comunicado que Grindel, antiguo periodista y luego político, había declarado todos sus beneficios.
Grindel estaba al frente de la DFB desde abril de 2016 y es el segundo presidente consecutivo que debe dejar su puesto de manera prematura.
Su predecesor, Wolfgang Niersbach, dimitió en noviembre de 2015 por las acusaciones de compra de votos para obtener la organización del Mundial de Alemania 2006, a través de un fondo secreto de 10 millones de francos suizos (6,7 millones de euros).