Por Mario Luzuriaga
Dady Brieva es un profesional de la actuación. No sólo hacer reír con sus monólogos, comedias o cuando está arriba del escenario con Midachi, sino que también es un muy buen actor dramático. Ya lo demostró en «El ciudadano ilustre», dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat. Ahora vuelve con la dupla, pero esta vez dirigido por Cohn en «4×4», una película bien de género que explora uno de los temas más importantes que tiene en velo a los argentinos.
El reconocido actor tuvo la gentileza de dialogar con CLG acerca de la película y también hubo tiempo para hablar de otros temas.
— ¿Cómo te llegó el guión de «4X4»?
— Yo ya había trabajado con los muchachos en «El ciudadano ilustre». Me siento muy conforme laburando con ellos porque los conozco, los quiero y porque me parece que hacen buen cine. Les tengo mucha confianza y cuando me dicen de trabajar, lo hacemos. Después vemos en qué.
— ¿Es muy fuerte tu personaje?
— Es un médico que está muy bien y es muy fuerte. Es una película que tiene el concepto de encierro y me dejaron hacer lo que yo tenía ganas de hacer. Trabajo muy cómodo.
— ¿La realidad está muy cerca de la ficción en el filme?
— No es una película que trata el hecho de inseguridad, sino que eso sirve de disparador, porque en realidad habla de muchas cosas. Pero en realidad habla de otra cosa, de tipos que están fuera del sistema, y no es una cuestión de plata o de posición social. Hay un mundo que tiende a dejarte afuera, tanto los tipos de 60 años como a los jóvenes. Hoy el músico rosarino tiene menos oportunidades que aquel que salió en los ochenta. Hoy hay un mundo que tiene como otros nichos que el que no los agarra, queda afuera.
— ¿En qué te basaste para armar a tu personaje?
— En realidad iba a ser un pediatra pero pedí que fuera un ginecólogo, porque se murió un amigo muy entrañable de Rosario llamado Julio Colabianchi, y era ginecólogo. Les gustó la idea y empecé a construir a un tipo border como el de Michael Douglas en «Un día de furia». Es un tipo que también es abuelo, a quien le chorearon y no encuentra un lugar en el mundo.
— ¿Te divertiste interpretándolo?
— A mí no me divierte o me deja de divertir. Hago mi trabajo y me gusta mucho. De ahí en más, me gusta hacer cine con estos tipos, me gusta hacer radio con el «Tano» Gentile, que fue mi productor de toda la vida, y me gusta hacer teatro con Midachi. Hace 35 años que estoy con ellos, salvo «Dadyman». Nunca hice «La casa de Bernarda Alba», «La jaula de las locas» o «Cabaret», que me han invitado a participar.
— ¿Te gustaría hacer esos proyectos?
— No, directamente no lo haría. Un día me dijeron «escribí un libro y hacé una película», que fue «Más que un hombre», y salieron a decir que soy un director, pero no es así. Yo soy un tipo que contó un cuento y de ahí en más no sé si voy a volver a hacer algo como eso,
— No se puede pasar por alto la actualidad. ¿Cómo ves al país?
— Como todo argentino estoy a la expectativa de que las cosas cambien. Estoy trabajando con Midachi, estoy de gira con veinte personas, con un colectivo por todo el país, en un lugar donde no sé qué va a pasar. Sale 50 mangos el kilómetro del camión, trabajo como hacen todos y espero que todo lo que pasa con la economía termine de una vez. Básicamente no me puedo quejar porque estoy bien económicamente, pero vengo a ciudades importantes y cuesta vender entradas para el espectáculo.