Copenhague, capital de Dinamarca, pretende anular muy pronto los efectos de los gases invernaderos. La ciudad industrial planea, para 2025, neutralizar el dióxido de carbono que emiten sus industrias, transformándolo en energía renovable.
Se trata de un paso importante que, según consideró su propio alcalde, debería de servir de ejemplo en el resto del mundo ya que la mitad de la humanidad vive en ciudades con alta contaminación ambiental, que generan gran cantidad de gases. Todo ello contribuye al calentamiento del planeta.
En Copenhague habitan 624 mil personas y si logra reducir este efecto dañino para el planeta, otros centros urbanos también podrán hacerlo basados en la experiencia de la misma.
Frank Jensen, alcalde de la ciudad, dijo sobre las demás urbes: «Pueden cambiar la manera en que nos comportamos, la forma en la que vivimos, e impulsarnos a ser más ecológicos. Cuenta con algunas ventajas ya que su ciudad tiene una población a la que le interesa mucho combatir este problema. Es pequeña y todos tienen un buen nivel de ingresos».
Finalmente, Jensen aseguró que los alcaldes en Dinamarca, al igual que él, son «directamente responsables por las ciudades y sus habitantes, y que ellos esperan un cambio”.
La ciudad ya ha reducido sus emisiones un 42 por ciento en comparación con los niveles de 2005, principalmente mediante la eliminación del uso de combustibles fósiles para generar calor y electricidad.