La Legislatura porteña dio este jueves el primer paso para dejar en su lugar las rejas colocadas en la Plaza de Mayo con la aprobación en primera lectura de un proyecto que cumple con el requisito impuesto por un fallo judicial que ordenó al gobierno de la Ciudad la inclusión de las mismas en el Código Urbanístico o su remoción.
En la sesión realizada para este proyecto y para el que habilita un convenio para modernizar la estación terminal de Retiro, el oficialismo votó en soledad haciendo valer sus 33 diputados para aprobar las iniciativas.
En lo que respecta a las rejas instaladas por el gobierno porteño en la Plaza de Mayo para reemplazar las vallas antivandálicas instaladas a finales de 2001, el texto aprobado hoy deberá pasar por una audiencia pública y regresar al recinto para una nueva votación por parte de los diputados.
A mediados de enero, el titular del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad, Osvaldo Otheguy, determinó que las rejas eran ilegales y dio un plazo de 90 días, actualmente detenidos por una apelación, para removerlas o hacerlas legales.
El diputado oficialista Hernán Reyes reconoció que la norma viene “a subsanar un error” que deriva de la instalación de las rejas y su posterior tratamiento en la Legislatura.
Ese punto fue uno de los más objetados por todos los bloques opositores que hicieron uso de la palabra, ya que criticaron el poco apego «a la institucionalidad».
Ines Gorbea (Evolución) dijo que el tratamiento de esta norma se deriva de un «proceso de imposición de decisiones del Ejecutivo por fuera de las vías adecuadas, que luego busca ser corregido por un pedido judicial».
En el mismo sentido opinó Javier Andrade, quien acusó al oficialismo de «primero hacer la trampa y luego buscar modificar la ley» y citó el caso de la accesibilidad en el transporte público, cuando, al no cumplirse con los estándares requeridos, se modificó la legislación para hacerla coincidir con los resultados.
En tanto, la diputada Victoria Roldán Méndez (Vamos Juntos) explicó que las rejas son esenciales para proteger a la Plaza de Mayo y a su patrimonio de «actos de vandalismo que ha sufrido» y destacó que las que están instaladas pueden ser «parcialmente desmontadas» para permitir el tránsito peatonal y de automóviles.
Por otra parte, mientras la oposición sostuvo que cualquier reja permanente infringe las leyes que ordenan la conservación del patrimonio histórico de la Plaza, desde el oficialismo explicaron que se tratan de un tipo de división que mantiene la estética circundante.
Todos los bloques opositores cargaron por considerarlas un escollo para las movilizaciones populares y, en ese sentido, Gabriel Solano (Partido Obrero en el FIT) dijo que «si el dólar llega a 60 no habrá reja que aguante y la Plaza de Mayo va a estar llena de trabajadores».